EDUARDO GALLO
RUIBÉRRIZ DE TORRES

Capitán del ejército, detenido por las tropas de la República, cuando,
herido, trataba de pasarse a las filas franquistas en el Sector del Puente
Moncho (Alcolea) en el año 1936.
Trasladado al Hospital de Jaén y sin que terminara su curación, fue
llevado al cementerio de Mancha Real (Jaén), donde fue fusilado, en unión
del también porcunense, Ángel Barrionuevo López Obrero.
PUERTA NUEVA
Esta fue la denominación que, al abrirse esta calle, con salida a la
"Carretera de los Álamos", recibiera de parte del Ayuntamiento, por su
proximidad a las antiguas "Puertas de Córdoba".
(Nota: Además de la muralla que circundaba el pequeño
recinto medieval y que corría tras las actuales casas de las calles
Carrera, Sardinas, Palma, Niño Jesús, Colón y Plaza, existían otras
formadas por adarves, seguramente de tapial, que cercaban los barrios que
fueron surgiendo alrededor de la villa medieval, en este adarve debió
realizarse una nueva puerta que dio nombre a la calle que partía de ella).
(Nota: Durante la Segunda República recibió el nombre de
Ruiz Zorrilla)

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EDUARDO QUERO GOLDONI

Nacido en Porcuna, en el seno de una familia de abolengo, eligió la
carrera de las armas, que alternó últimamente con la política.
Fue teniente coronel de Caballería y organizó en Córdoba el alzamiento
militar, como enlace de los Generales Queipo de Llano y Varela.
Al iniciarse dicho alzamiento, fue nombrado Presidente de la Diputación de
Córdoba, desde cuyo cargo desarrolló una fructífera labor, permaneciendo
en el mismo hasta su sentida muerte.
Casado con distinguida dama porcunense, gustaba de pasar en Porcuna cuanto
tiempo le dejaba libre su profesión y en ella vieron la luz primera la
mayoría de sus hijos. El Ayuntamiento presidido por don Benito Garrido
Palacios, le dedicó la antigua calle Derecha.
DERECHA
Llamada así indebidamente, por no ser rectilíneo su trazado, era el
lugar donde se emplazaban las casetas de juguetes y aparatos de tíos
vivos, durante los tres días de Feria de Mayo, coincidiendo con la Fiesta
y Romería de la Excelsa Patrona, Nuestra Señora de Alharilla, desde tiempo
inmemorial.
Así vino ocurriendo hasta el día 2 de mayo de 1894 en que, un grupo de
vecinos, solicitó y obtuvo del Ayuntamiento que presidía don Luis Aguilera
y Coca, más conocido por don Luis el Chato, el permiso correspondiente
para celebrar la Feria en el Paseo de Jesús y en la Carrera de dicho
nombre, cuyos vecinos corrieron con los gastos de instalación, exorno y de
los de la actuación de la Banda Municipal de Música.
Esta medida disgustó a los vecinos de la calle Derecha y adyacentes, por
haberle restado animación a aquel sector de la ciudad, en los mencionados
días de Feria, continuando su emplazamiento en el ya mentado Paseo de
Jesús.
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EMILIO SEBASTIÁN GONZÁLEZ.- DON

Diputado liberal y farmacéutico, fue un hombre amable y benefactor de
su Pueblo, para el que consiguió mejoras decisivas para su
desenvolvimiento normal.
Fue un político honrado, que vio mermarse considerablemente su patrimonio,
durante el tiempo que tuvo la representación del Distrito de Martos en las
Cortes Españolas, siendo este el mayor elogio que puede hacerse de su
persona.
Con fecha 5 de junio de 1923 y a petición del Concejal don José Rafael
Juárez Quero, le fue dedicada la actual Plaza de José Antonio Primo de
Rivera (Hoy Porcuna por la Paz).
Tras la toma de la ciudad por el ejército del General Franco, en el año
1937, se le dio el nombre de Emilio Sebastián a la antigua calle Huesa y
así continua. Dicha última dedicatoria tuvo lugar en el año 1957.
HUESA
Se llamó así esta calle, por haber existido en sus inmediaciones un
osario o necrópolis, como prueba el hecho de restos humanos habidos
recientemente, al pavimentar dicha calle, osario que estuvo situado fuera
de las murallas del castillo, cuyo trazado discurre por las calles del
Niño Jesús, Plaza del Cerrajero y Palma, tan próximas a la misma, a cuyo
cementerio se salía por la llamada Puerta de Montilla, próxima a la actual
calle de Tomas Jurado.
(Nota: El apellido Hueso o Bueso es uno de los más
antiguos de Porcuna, es corriente en los documentos dar genero femenino a
los apellidos cuando los llevan mujeres y así aparecen muchas con el
apellido Buesa = Huesa, el nombre antiguo de la calle, con el que aparece
en los documentos es “Calle de La Buesa” )
El día 3 de Junio de 1.933 recibió el nombre de Federico Engels.
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EUGENIO MOLINA Y RAMÍREZ DE
AGUILERA.- DON

Este insigne porcunés merece biografía aparte, no sólo por sus
excepcionales dotes de poeta fogoso y tierno, al mismo tiempo; ni por la
única Monografía que, hasta la fecha, se ha hecho de sobre Porcuna (con la
única excepción de la que se conserva, manuscrita, en la Biblioteca de la
Academia de la Historia de Madrid, debida a la pluma del sacerdote e
investigador montoreño, don Manuel Rojas de Sandoval, en el año 1765),
sino por el extraordinario cariño puesto en ello, como hijo amantísimo de
su tierra madre, donde viera su primera luz.
Católico práctico y patriota ejemplar, nos da a conocer sus buenas
cualidades en su célebre libro de versos que tanto elogiara el que fue
Cronista Oficial de la Provincia de Jaén, don Alfredo Cazaban, titulado "
Horas de Luz ".
El 17 de mayo de 1935 y por el vecino Antonio Barranco Cobo, se solicitó
del Ayuntamiento que se le diera el nombre de don Eugenio Molina a una
calle de la Ciudad y aunque se acordó en sesión municipal dedicarle la del
Moral, no se llegó a llevar a efecto.
Finalizada la Guerra Civil y como prueba de desagravio por el olvido en
que se tenía a tan preciado hijo, el alcalde don Benito Garrido Palacios,
de acuerdo unánime con el Pleno, dispuso se le dedicara la denominada
calle del Cementerio.
Esta calle se denominó Jaime Vera entre los años 1932 al 34.
CEMENTERIO
Esta calle no tenia nombre alguno conocido hasta el 24 de mayo de 1897,
en que se acordó en Junta Municipal, presidida por su alcalde don Ricardo
Dacosta Ortega, darle uno. El lugar donde está emplazada, fue necrópolis
tras su reconquista por San Fernando, hasta su traslado al Paseo de Jesús.
Aquí estuvo hasta el día 1 de septiembre de 1884, en que se clausuró
definitivamente para trasladarlo a las Erillas del Carrajaén, que es donde
esta en la actualidad, en virtud de propuesta que hiciera el concejal don
Pablo Aguilera Torres a la Presidencia de la Alcaldía, ocupada a la sazón
por don Juan de Mata Dacosta Ollero, siendo aprobada la construcción de
uno nuevo el día 9 de Julio de dicho año.
Primeramente y con fecha 24 de septiembre de 1873 se pensó y acordó
construirlo en una parcela de terreno que, en el Cerro de la Horca, tenía
el vecino Felipe Molina Jaén.
El primer cadáver que recibió sepultura en el nuevo Cementerio de las
Erillas del Carrajaén fue el de la señorita Vicenta de Quero Toribio, de
17 años de edad y, por esta circunstancia, de ser la primera, el
Ayuntamiento le concedió nicho gratuito. Esto ocurría el 12 de septiembre
de 1884.
Sus familiares adosaron a dicho nicho una lápida de mármol blanco,
construida en los talleres montoreños del señor Molina, donde le
esculpieron unos sentidos e ingenuos versos. Dicha lápida esta señalada
con el número cuarenta y todavía existe en el último patio del recinto.
Cuando se hizo la cimentación de la Nueva Parroquia de la Asunción, sobre
el solar de la antigua de Nuestra Señora de la Coronada
(Nota: Erróneo la parroquia no fue nunca la iglesia de la
Coronada, pues ésta, que fue la iglesia del priorato de su nombre, estuvo
en la plaza de la Coronada, actual Teniente Escobedo, y se hundió a
principios del siglo XVI sin que fuera reconstruida jamás, aunque existen
los planos que se hicieron para su reconstrucción, la imagen de la
Coronada fue trasladada a la iglesia del priorato de San Benito, donde
tuvo altar propio), aparecieron en el subsuelo de las
Capillas familiares existentes en la misma, los restos humanos de los
familiares de los nobles que las sostenían, con derecho a inhumación en
las mismas.
Esta circunstancia, unida a la de existir junto a la misma, un Cementerio,
dio lugar a que el vulgo y el propio Ayuntamiento diera a aquel lugar la
denominación común de El Cementerio.
Los Aguilera tenían enterramiento en la Capilla del Santísimo, a partir
del año 1242.
Los Arroyo, según testamento de doña Beatriz de Arroyo y Valdivia ante el
escribano de Porcuna, Fernando de Gutiérrez, también tenían capilla y
enterramiento en la citada parroquia.
Los Padura sostenían ambas cosas, a partir de 1600, en la iglesia mayor y
en el convento de San Francisco.
Lo propio sucedía con los Valdivia, en la capilla de La Encarnación, que
era donde, hasta 1850, estuvieron guardados: la espada del ultimo rey de
granada y los estandartes que don Pedro y don Diego de Valdivia la
conquistaron a los Moros, en la toma de Alhama de Granada, cuyas murallas
fueron los primeros en saltar.
(Nota: Como ya ha quedado indicado en el Padrón de 1657
ya aparece este nombre en la calle que partía de la calle Real y tras
rodear la parroquia terminaba en la Plaza, comprendiendo la calle que
existió antes de la plaza Damián Quero y las calles Bailén y Eugenio
Molina)
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