DIÁLOGOS DEL TÍO BENITO:
ALHARILLA 2013
(Al desaparecido “Corral de la Pacheca”,
cuna de romeros y de buenos alharilleros.)
¡Buenos días, señoras y señores!
¡Buenos días, Tío Benito! Otra vez que le veo por aquí y, tal como viene, parece dispuesto a contarme algún detalle de su romería.
“Paece” que fue ayer cuando vine por aquí la primera vez y “me s’ocurrió” darte relojina de lo “qu’hacía” en la romería de Nuestra Patrona. No sé si llevarás la cuenta, pero con éste ya son 29 años sin fallar ni uno. ¡La de cosas que “t’habré” “podío” contar a lo largo “d’este” tiempo! ¡No ha “cambiao” “na” “dende” el año 1.984!
Tiene razón, Tío Benito, el tiempo pasa volando y nosotros en vez de años vamos cumpliendo romerías. Supongo que, como ha acumulado tantas experiencias, cada vez afinará más en su particular visión de esta fiesta popular.
¡Qué va, “to” lo contrario! Como cada vez veo menos, confundo a la gente, y aquí tienes a mi mujer: “Benito, no te voy a poder llevar a ninguna parte. ¡Mira que confundir a Sandra, la concejala de festejos, con la paisana Norma Duval!”. No quise llevarle la contraria; pero como las dos son guapas, rubias y tienen buen tipo, cualquiera se equivoca. Por otro “lao”, tengo “munchos” achaques y cuando no me duelen las rodillas, me duele la cintura. ¡Vamos, “qu’estoy” ya “pa” sopicas y al rincón!
Lo estoy escuchando, pero no me creo lo que me está diciendo.
“Pa” que veas que no “t’engaño”, ésta ha “sío” una romería como las antiguas: de sábado y domingo. Además, que la cosa no está como antes y no se puede salir “muncho”. Ya lo dice el refrán: “Si no quieres gastar, en tu casa te quedarás”.
¡Éste no es mi Tío Benito! ¡Éste no es el hombre que reclamaba una semana entera de romería!
Bueno, pues me haces la media con las anteriores y verás como todavía saco un “aprobao”.
Si su romería se ha reducido tanto, poco tendrá que contarme.
Lo más importante de “to” es que los actos “pogramaos” se celebraron con total normalidad. Lo único que cambió fue el tiempo. ¿No decía el vinagorro,“qu’estando” San Benito en las andas de la Virgen, llovería siempre en “l’Arilla”? Porque no lo conozco, si no le dirá: “¡Adiós, Mariano Medina!”. ¡Qué calorín pasamos! ¡Más de 40 grados tuvimos esos días! ¡Ea, con decirte que tuvieron que regar la arena de La Carrera “pa” que no se levantara polvo, te lo digo “to”! ¡Lo mismo “qu’el” año “pasao”, que tenías que llevar leguis “pa” poder pasear! La culpa “d’estos” cambios la tenemos “tos”. “¡Ay, Virgen mía de l’Arilla, qu’esta romería no sea como la pasá!”. Ahí lo tienes: nos hizo caso en lo del agua, pero se le fue la mano en la temperatura. De “toas” maneras, “muncha” gente lo agradeció; porque, aunque con sus fatiguillas, se adelgazó sin “nesecidad” de dejar de comer ni de ir a una “fauna” “d’esas”.
Querrá decir sauna, Tío Benito.
Lo que sea. El caso es que vi a Librada, la Presidenta de la Cofradía, y “l’aconsejé” que, cuando encarguen estadales y “melladas”, también hagan cartelicos que pongan: “Si quieres adelgazar, a la romería de l’Arilla vendrás”. Yo, entre unas cosas y otras, adelgacé lo mío, a pesar de lo que comí y bebí.
Usted, mucho decir que está mal, pero el diente lo mantiene fino y dispuesto para cuando se presenta la ocasión.
Aparte “d’eso”, es que soy “mu” frágil y con “tos” “m’enreo”.
¡Qué cosa más rara! Pero si no conoce a nadie, ni le gusta hablar.
Resulta que le dije a mi yerno que me llevara a “l’Arilla” “pa” ver a la Virgen. Antes de irnos, mi mujer, “qu’había” “pedío” número “ase” Marta “pa” echarse un “pli” y peinarse, “m’avisó”: “Benito, como no voy a poder hacer la comida, te llegas ase tu amigo Andrés y te traes unos platicos de paella pa los dos”. “Vete tranquila que, cuando vuelvas, tienes hasta la mesa puesta” – le dije sin saber el ajetreo que “m’esperaba” -.
Si no lo he entendido mal, su intención era ver a la Virgen. ¿Cómo la encontró?
¡Más bonita que nunca! ¡Le sientan “tos” los colores! Este año “l’habían” puesto el manto azul, pero daba igual “qu’hubiera” “sío” el verde, el rojo... Lo que sí me di cuenta es “qu’en” la iglesia hacía “muncho” fresquito. Francisco, el hijo de Ana Mari Nieto, “m’aclaró”: “Tío Benito, hemos colocao 11 ventiladores en la iglesia pa que no haga tanto calor”. Le dije: “Pues al Niño le teníais que colocar una gufandica, no sea que se resfríe y no pueda salir en la proseción”. Como a esas horas la cosa estaba “mu” tranquilica, me senté en un banco y eché un ratico con Ella. Primero, le di las gracias por “to” lo que nos ha “ayudao” a lo largo del año. Después, me colé un poquillo en lo de las peticiones, porque llevaba un montón. La vida ha “cambiao” tanto en los últimos años que no sólo hay que pedirle que nos tenga buenos, sino que “l’eche” un ojito a los más “nesecitaos”. Nosotros, en Porcuna, presumíamos de no tener pobres; ahora, los hay. “Pa” colmo, como no ha “llovío” ¡no veas que año tenemos sin “acituna” y sin “na”! Como buena Madre, seguro que no nos abandona y con su ayuda verás como tiramos “p’alante! Cállate que, con tanto pedirle por “toas” las personas de nuestro pueblo, por los “qu’están” enfermos, por los mayores, por las familias que tienen que vivir con 400 “l’euros”, por la paz y la justicia en el mundo, etc, etc, no me di cuenta que los ventiladores estaban “encencíos”, “me se” metió el frío en los “güesos” y no me podía levantar porque estaba hecho un gancho. Mi suerte fue que llegó el Director del Museo Militar de Cartagena y “m’ayudó” a ponerme de pie.
¿Quién es ese personaje, si puede saberse?
¡”Na menos que mi amigo José Julián Cespedosa, el hijo de Patro la de las Bodas! Cariñosamente le decimos “Mi Sargento”, pero hace tiempo que ascendió a capitán y ahora es el mandamás del museo que “t’he” “nombrao”. Como buen porcunero, viene con frecuencia “pa” cargar las pilas, sobre “to” “pa” la romería. ¡No es malo que está más ágil y nos ayudó después; sino, “s’hubieran” “escapao” “tos”!
No entiendo lo que me está diciendo.
Fue en la caseta con la “fachá” más bonita de “toas” las que se ponen en El Llano. ¡Ojalá la de mi casa fuera así! ¡Es que no le faltaba un detalle! Se lo dije a los caseteros: “Como sigáis así, os van a poner la contribución como calle de primera”.
¿A qué caseta se refiere usted?
A “Los Compadres”, la que ponen entre mis primos Manolo, José y Eulogio “Los Canasteros”, mi primo Antonio Porcuna, Antonio “Majano”, Antoñín Bueno, Morales,…No es porque sean parientes y amigos, pero se merecen un premio. “Tos”· los años “s’esmeran” y le colocan algo nuevo. ¡Qué macetas de “genarios” más bonitos le colocaron! Era igulaica que una casa andaluza con su zócalo y “to.
No tendrán queja “Los Compadres” de lo bien que habla ellos.
La verdad es que tienen “munchos” detalles conmigo, y les falta tiempo “pa” convidarme a una copica. ¡Ojalá este año “l’hubiera” “dejao” “p’al” domingo! ¡”Na”, que no se puede ser servicial!
Cuénteme lo que le sucedió.
Pues que, cuando llegamos mi amigo José Julián y yo, como todavía era “trempano”, la caseta estaba sola. Pensamos “qu’habrían” ido al pueblo a recoger más cosas. Con lo “qu’había” allí, lo normal es que “s’hubiera” “quedao” alguien al “cudiao” de “to”.
Entonces, no había nadie en la caseta.
¡Qué va! Cuando reparamos, nos dimos cuenta que, en lo hondo, “sentao” en una silla, con una varica en la mano, un lebrillo con caracoles vivos y durmiendo, estaba nuestro amigo José “Borriqué”. Nos extrañó “muncho” verlo en esa posición, porque, como lo conocemos, sabemos que siempre está como los indios, con un ojo abierto. Como los caracoles estaban vivos, había caracol “qu’iba” ya por lo de la Cruz Roja. Al despertar al guardián, con el “esturreo” “d’animales” “qu’había”, pensamos que “s’alarmaría”. Cuando “s’espabiló” un poco, sin alterarse y sin soltar la varica, como es tan fino hablando, se “l’ocurrió”: “Nunca pensé que estos moluscos gasterópodos tenían tan buenos pies. Ni se han asustado de la fusta que mantengo con energía en mi diestra mano. ¡Qué suerte que habéis venido; porque, si no, hoy no los probamos!”.
¿Qué hicieron?
¡”Qu’íbamos” a hacer! ¡En mi vida había “cogío” tantos caracoles! ¡”Jatillaos” acabamos “Mi Sargento” y yo! El celoso guardíán nos dijo que lo perdonáramos porque tenía gota y no se podía mover de la silla. Como hay confianza, aunque no estaban los amos de la caseta, cuando acabamos la faena, nos convidó. Eso sí, él también “s’echó” su copica y, como se le da “mu” bien la poesía, nos deleitó con algunas de sus ocurrencias:”Como soy el mejor guardián / me tomo el vino con el Tío Benito y José Julián”. “Nunca había visto caracoles con más brillo / que los que hay en este humilde lebrillo”. “Brindemos por la Virgen de Alharilla / y por los caracoles cocidos con su correspondiente guindilla”. Cuando nos dimos cuenta “qu’iba” a empezar a contarnos lo de las chuletas, salimos corriendo. Bueno, eso de correr es un decir; porque, de tanto “acacharme”, me dolía “toa la espalda. “Mi Sargento”, que yo creía “qu’estaba” más en forma, “m’agarró”: “¡No había hecho tanto ejercicio dende qu’hice unas maniobras siendo Cabo 1º! ¡Cuando cuente en Cartagena, que me tiré la mitad de la romería cogiendo caracoles, no me creen!”.
Una vez cumplida esa misión, ¿hacía dónde encaminaron sus pasos?
¡Al pueblo! José Julián “m’invitó” a tomarme una copica en su casa. ¡Ojalá hubiera ido, porque, con las cosas tan buenas que prepara Patro, no habría “perdío” el viaje! Pero, como mi mujer “m’había” “encargao” lo de la paella, me fui “ase” mi amigo Andrés. ¡En qué momento se “l’ocurrió” a mi parienta ir a la peluquería y mandarme por la “comía”!
Vamos a ver, Tío Benito, usted siempre ha tenido fama de buen mandadero.
Sí, pero si el “mandao” no es en una taberna.
De todas maneras, con lo dolorido que volvía de Alharilla, recogería su paella y se iría rápidamente a casita.
Eso es lo que yo pensaba, pero después de saludar y hacer el “pedío” a Andrés, como es tan camastrón, “m’insinuó”: “Tío Benito, ahí tiene a su amigo Antonio ‘El Pancho’, que dice que le gana a los chinos cuando quiera”. A mí, que, aunque esté feo decirlo, me gusta echar una partidica, no “m’aguanté”: Antonio hará mu rico el salmorejo, pero no tiene güevos de ganarme. ¡Vamos que le doy 8 pa 10!”. “Pa” qué le diría “na”. ¡Qué palizón me pegó! El tabernero, con esa risica que tiene, “m’avisaba”: “Tío Benito, ahí tiene la paella calentica en una bolsa”. ¡”Pa” paella estaba! ¡Lo que quería era ganarle al “Pancho”! El “malditalma” siempre me pillaba. Cómo me pondría, que “m’eché” tres “moneas” y le dije: “¡Seis con las que saques!”. Te puedes imaginar el cachondeo “qu’allí” se lió.
O sea, que se fue calentito para su casa.
Yo iba caliente, pero la paella más fría que “l’alpargata” un nevero. Cuando llegué, mi mujer, que llevaba tres horas esperando “pa”comer, cuando la vio, ¡la que “m’armó”!: “¡Ay, si yo lo sabía! ¡Si a este hombre no lo puedes mandar a na! ¡Si toa la mañana he estao sufriendo, qu’hasta Marta y Máximo me lo han notao! ¡Ay, Virgen mía de ‘l’Arilla’, que tos los años tengamos un tema!”. Como pude,aguanté el chaparrón; pero no “me s’iba” de la cabeza lo del “Pancho”: “A ver si llega pronto la Feria Real, que le voy a demostrar a ese listo cómo se juega a los chinos”.
Con el repaso que le dieron “Casa Andrés”, no le quedarían ganas de presenciar nuestro Paseo de Caballos.
No iba a salir porque, conociendo al tabernero, seguro que “to” el pueblo sabía ya lo que “m’había” “pasao” con Antonio. Mi mujer, que, aunque no lo quiero reconocer, es una santa, me propuso: “Benito, tenemos que ir a La Carrera, a ’La Muñequita’, a comprar un pañuelo p’al cuello que m’ha encargao la niña”. Después del regaño que “m’había “echao”, le contesté con “rintintín”: “Lo que tú digas, mi amor”. ¡En mi casa me tenía “qu’haber” “quedao”! ¡Quién me mandaría juntarme con “pescaores”!
Que yo sepa, en Porcuna no hay lonja de pescado ni nada que se le parezca.
No, pero está el Club de Pesca “Pezcolar” ¿O es que no conoces las cosas de tu pueblo? Además “t’he” “hablao” “d’estos” “pescaores” más “d’una” vez.
¿Y qué tienen que ver los socios de este club con su enfado?
Por si no lo sabes, “La Muñequita” es una tienda “qu’hay” en la esquina de Romero en La Carrera, que vende “munchas” cosas “ pa” las mujeres. Mi parienta, antes de salir, “m’aleccionó”: “Benito, tengamos la romería en paz: no quiero que te pares, ni hables con naide”. Yo pensaba hacerle caso; pero, al pasar por el bar “Parada”, estaban en la puerta Antonio “Cosas Feas”, Manuel “El Picaor” y Lorenzo “Zancanegrilla”, ése que pillaron las brasileñas y le dieron un sabaneo, y les faltó tiempo: “¡Adiós, campeón! Si no sabe jugar, no se ponga. ¡No le da vergüenza la paliza que le ha dao ‘El Pancho’! Si quiere, lo podemos enseñar”. ¡Ni yo mismo sé cómo “m’aguanté”!
Compruebo que fue obediente.
Eso es que tú te lo crees, porque un poquillo más “alante” me topé con “Los Majanos” Manuel y Rafa, Antoñete y Antoñín Anera. Te puedes imaginar el saludo: “Si no sabe, pa qué se pone”. ¡Seis con las que saques! ¡Seis con las que saques! ¡A aprender se va a la escuela!”. Como ya venía “rebotao”, no me pude contener: “¡Si tuviera la cabeza como la vuestra, jugaría mejor a los chinos! ¡Cabezones, que sois tos unos cabezones!”. “Tendremos la cabeza gorda, pero no perdemos con ‘El Pancho!” – recalcó Antoñín. Mi mujer, viendo que “m’iba” a liar, “m’agarró” “d’un” “puñao” y, cuando quise darme cuenta estaba “rodeao” de collares, “sarcillos”, gafas, pañuelos...
Así me gusta, siempre al lado de su señora.
Bueno, pero fue poco rato; porque, como había tanta gente en la tienda, le dije a mi mujer que la esperaba en la puerta viendo el ambiente.
Este año, después de cuatro romerías lloviendo, me imagino que la gente tendría ganas de desquitarse.
¡Cómo lo sabes! Entre que los mayordomos viven en La Carrera y la cantidad de caballos y carruajes “qu’había”, no se podía pasar. Venimos diciendo hace “muncho” tiempo “qu’el” “recorrío” “s’ha” “quedao” chico, y eso que “munchos” lo alargan hasta La Redonda. Como hacía una tarde “felomenal” las aceras estaban “abarrotás” y no había quién pasara. Yo tuve la suerte de que mi amigo José Cobo Alba, el que tiene los mejores pájaros de canto de Porcuna, estaba en La Baranda y me dejó un “roalillo”. Como buen “conoceor” de “l’Arilla”, me dio relojina de “tos” los caballistas y coches de caballos. Entre que la mayoría son “mu” jóvenes y lo poquillo que veo, no conocía a “naide”. “¿Ésa que va en el coche es la paisana Norma Duval?” – le pregunté. “¡Joé, Tío Benito, no conoce usted ni a la alcaldesa!”. Al poquillo: “¡Qué bien monta a caballo Norma Duval!” – le comenté al ver pasar a una mujer “mu” guapa. “¡Qué no, Tío Benito, qu’ésa es Maria Amparo, la mujer de Manuel ‘Pinorro’!”. “¡Ése sí es ‘Pacurro’ con su coche de caballos!”. “¡Tío Benito, lo vamos a dejar porque no ha acertado una, y ése es Antonio ‘Capote’ con su familia” – “m’aclaró” con un poquillo genio. Cuando llevaba un rato, como estoy “mu” mal de la “brótola”.
Querrá decir de la próstata.
Lo que sea. El caso es que, como estaba cerca “El Pastelerito”, decidí ir a evacuar. ¡Ay, que me tenía “qu’haber” “meao” en los pantalones! ¡Qué soy “mu” frágil!
Al nombrarme “El Pastelerito”, creo que lo veo venir. Seguro que sacó pesca.
En cuanto entré, “m’encontré” con mis amigos Diego “El Habichuelo”, su hermano “Jose” y Rafa Zumaquero, el hijo de Conchita la de “Siete votos”. Por si no lo sabes, Rafa fue el fundador de “Pezcolar” y “Jose” uno de los mejores “pescaores” “qu’hay” en Porcuna.
Y Diego, ¿no tiene esa afición?
No, a ése “l’ha” “dao” por la hípica. ¡No veas cómo domina el coche de caballos que tiene!
Total, que los saludó y volvió con su esposa.
¡Qué va! “Tío Benito, véngase con nosotros, que lo vamos a invitar a un cacharrico” – me gritó Rafa -.. “¡Vale, pero primero voy al servicio!” – le contesté -. Cuando volví, bastante más tranquilo, allí tenías a “Jose”, con una tortica “d’almendra” en la mano, diciendo: “...y si pones el cebo así en el anzuelo, el pez pica volao”. “Pues, si el pez está medio cegarruto como yo, mejor es que le pongáis un manolete” – les comenté -.
¡No me diga que también entiende de pesca!
No tengo ni idea, pero esa tarde aprendí un montón. “ Tío Benito, este manolete es el cebo y usted es el pez. A ver cómo mordería el anzuelo” – me decía “Jose” con el pastel en la mano, mientras yo intentaba darle un “bocao” -. ¡Qué ratico más bueno de pesca echamos! Unas veces era el pez; otras, “pescaor”.
¡Qué suerte tiene: no sólo lo invitan, sino que, encima, lo enseñan a pescar!
Pues ¡qué mal escapé de la primera clase!
¿Qué le sucedió para que acabara de esa manera?
“Na” que me tomé el “cacharrico” ese y me sentó mal. El caso es que, como estaba “mu” dulcecico entraba “mu” bien. Además, como los “pescaores” “m’iban” poniendo cebos, picaba enseguida. Justo, cuando “l’estaba” pegando un “bocao” a un manolete, se presentó mi mujer: “¡Con que no ibas a abrir la boca, ni ibas a hablar con nadie! ¡Ay, Virgen mía de l’Arilla, si ya me tiene dicho D. Jesús que, aunque no vaya a misa, tengo la gloria ganá! ¡Anda, acábate el manolete y límpiate, qu’en la pechera llevas azúcar p’hacer pestiños!”. ¡Mira, me cogió “d’un” “puñao” que no pude ni despedirme de los “pescaores”! Al darme el meneo “s’agitó” el “cacharrico” y me puse “pa” morirme.
¡No me diga que un simple cubalibre le hizo tanto efecto! ¡Pero si usted era de las primeras espadas en la romería!
Bueno, pues ya no estoy ni “pa” dar dos muletazos.
¿Qué hizo con su “enfermedad”?
Al darme el aire, me puse mejor y le propuse a mi mujer: “Ahora cogemos el coche y nos vamos a ‘l’Arilla” a ver a la Virgen”. “¡Tú ya has visto to lo que tenías que ver hoy! ¡Despídete de La Carrera, que ya no la pisas hasta mañana, si Dios quiere!”. No te lo creerás, pero a las diez estaba “acostao” y esa noche soñé con “El Pancho” y que le ganaba a los chinos.
DOMINGO DE ROMERÍA
Estoy comprobando que el tiempo no pasa en balde. Desde que lo conozco, es la primera romería que se recoge tan temprano. Estando tan descansado, me imagino que el domingo lo viviría a tope.
Bien “trempano “qu’estaba” en el corral cogiendo un poquito romero “pa” ponérmelo en la solapa y “pa” regalárselo a la gente.
¿Cómo amaneció el día?
A las 8 de la mañana ya decía lo “qu’íbamos” a tener: ¡un calor “pa” reventar! ¡Ni San Lorenzo, “pa” morirse, pasó lo que yo!
Tempranico empezó a lamentarse.
¡”M’hubiera” “gustao” verte con una camisa de franela y una rebeca de lana “to” el día!
A quién se le ocurre ponerse esa ropa.
¡A mi mujer! Resulta que, “pa” la Semana Santa, fue “ase” Emilio “El Sacristán” y se presentó: “Benito, con este hato, como las cosas no están pa tirar, ya tienes también pa l’Arilla. Además, a nosotros ya no nos puede dar muncho frío”.
De todas maneras, viendo el día que tenía por delante, podía haberle dicho algo.
Después del sábado, que “l’había” “dao”, no quise llevarle la contraria y “m’aparejé” sin abrir la boca. “¡Míralo qu’alegante! ¡Va a ser el más garrampón que pise l’Arilla! ¡Ay, si no fuera por lo qu’es! ¡Con ese cuerpo que Dios l’ha dao, que to le sienta bien!”. Ni yo mismo me creía lo “qu’estaba” escuchando. Me “paece” que “to” lo decía “pa” que no me diera cuenta del hato, porque me sentaba como a un santo dos pistolas. “¡Que no te s’ocurra quitarte la rebeca, que siempre acabas como un Adán! Si te da calor, t’aguantas, que más pasó el Señor pa morirse”– me recomendó cuando “m’iba” “pa” La Carrera -.
Con ese día veraniego, ¿qué ambiente encontró?
“Toas” las sombras llenicas de gente. A mis amigos Juanito “El Rano” y su hermano Manolo, “qu’es” uno de los “qu’hicieron” la cofradía de Barcelona, les di una ramica de romero a cada uno. Fue verlo, y saltaron: “Tío Benito, ya lo podía haber regao, que lo trae pasao”. Cuando les aclaré “qu’acababa” de cogerlo, no se lo creían.
¿Tanto calor hacía ya a esa hora?
¡Más todavía! Allí tenías a mi amigo Felipe Morente, que, a sus 89 años, estaba“mu” elegante con su chaqueta negra y su sombrero “d’ala” ancha, “preparao” “pa” tomarse el víno con quién hiciera falta. Como está de vista mejor que yo, aunque me lleva unos años, reparó: “Benito, ni te pega la ropa que llevas; ni el romero, que lo traes chuchurrío”. Si esto era a las 9 de la mañana, ¡cómo estaríamos después de la “proseción”! Los que tuvieron suerte fueron los mayordomos; porque, con lo que caía, como en su puerta había sombra, hasta que la cofradía se puso en marcha, estuvieron fresquitos.
¿Cómo iban los Hermanos Mayores?
“Mu” guapa María Luisa y “mu” garrampón Luis. También sus hijos y nietos iban “mu” guapos y elegantes dispuestos a vivir su romería.
Con la crisis que tenemos, supongo que se resentiría la cofradía.
¡”Qu’equivocao” estás! ¡”Menúo” acompañamiento llevaron los mayordomos! “Tos” sabemos lo “qu’está” pasando; pero, viendo la cofradía, “pacía” “qu’estábamos” en los mejores años. ¡Qué poderío en “to”: caballos, carruajes, trajes, “vestíos”, etc. etc.! El único que desentonaba era yo con mi rebeca de lana. Ahora que “m’acuerdo”, otro, que no estuvo a la altura de las circunstancias, fue Salvador Gallo.
Me extraña mucho. Salvador es un romero muy elegante y no pasa desapercibido.
¡Por eso te lo digo! Tú sabes “qu’es” un caballista de primera, pero ese día iba a pie. Allí estaban diciendo que, con tantos recortes, la paga no da “pa” más, y mantener un caballo cuesta un dineral. El que no falla una es mi amigo Benito “Almendrica”, “qu’ha” “ocupao” el lugar de Alejandro Gutiérrez como decano de los caballistas porcuneros.
Según me está relatando, no se notó en la cofradía los problemas económicos que estamos padeciendo.
Según dicen los “entendíos”, ha “bajao” el número de caballos en el pueblo; pero, como había “munchos”, todavía quedan bastantes. Cállate que, cuando iba con Los Caminantes, me tuve “qu’esconder”; porque, si me llega a ver, me deja sin un “l’euro”.
¡A quién le temió tanto?
A Higinio, el que cobra los recibos de los santos. Como la cosa está tan mal, y soy hermano de casi “tos”, cada vez “qu’iba” a cobrar, “l’echaba” un achaque: ”Enfíjate, qu’este año no vamos a l’Arilla, a ver si así te puedo pagar”. El hombre, “qu’había” ido ya, por lo menos, diez veces, “m’avisó”: “Usted, no me paga; pero, como lo vea, le monto un espectáculo”. La Virgen de “l’Arilla” estuvo conmigo, porque pasé sin que se diera cuenta.
No le pega tener trampas; y menos, con los santos.
Tienes “toa” la razón; porque siempre he “presumío” de que, cuando me muera, tengo que ir a la gloria.
Explíqueme eso de que irá al cielo.
Vamos a ver: si soy hermano de casi “tos” los santos, por “mu” malo “qu’haya” “sío”, ¿van a dejar que su Benito se queme en el infierno? Yo no sé qué calor hará allí, pero sí te puedo decir el calorín que tuvimos “to” el día. ¡Mira “qu’he” ido veces a “l’Arilla”andando; pero como ésta, ninguna! No sé si sería de la rebeca de lana o del botón del cuello de la camisa “abrochao”, el caso es que, por La Cabra Mocha, “qu’iba” “pa” darme algo, “m’adelantó” un muchacho “mu” “apañao”, “vestío” de flamenco, y, como me conocía, me recomendó: “Tío Benito, yo que usted, me quitaría algo de abrigo, porque va colorao como un pimiento morrón”. No le quise contestar; porque, si parecía un pimiento, de la casta no me salía. Llevaba una botellica “d’agua” fresquita y me la dio “pa” que “m’enjuagara” un poquillo la boca. ¡”Toa” me la bebí! ¡”Qu’apuro” me dio! El samaritano, que resultó ser Elias, el hijo de Frasco “El Picaor” y Marí “La Bonita”, me consoló diciendo que no me preocupara; pero, cuando “m’enteré que sale en una murga del carnaval, pensé: “’Este es capaz de sacarme una coplilla el año que viene”. ¡”Qu’alegría” cuando llegamos a “l’Arilla” y entramos en la iglesia!
Esto no es ninguna novedad porque a todos los romeros se nos alegra el corazón cuando nos postramos a los pies de la Virgen de Alharilla.
¡Sí, pero este años más!
¿Cuál era la diferencia?
Pues que tenían “encendíos” los once ventiladores y ¡no veas qué fresquito hacía! “Enfíjate” si “s’estaría” agustico que, cuando acabó la misa, como no se movía “naide”, D. Jesús, tuvo que decir, por lo menos, cinco veces: “Podéis ir en paz”.
Supongo que dedicarían un recuerdo a nuestro amigo José María Ruano.
¡Cómo lo sabes! En su sitio, sus compañeros anderos, habían “colocao” un lazo negro. D. Jesús le dedicó unas palabras “mu” bonitas y el Coro de la Hermandad cantó, “mu” bien “cantao”, una sevillana que “l’habían” “sacao”. Con unas cosas y con otras, ¡qué “panzá” de llorar nos pegamos! Aparte de querer “muncho” a la Virgen de “l’Arilla”, como José María era “mu “aficionao” al “fúrbol”, “m’acordé”: “¡Lo qu’hubiera disfrutao viendo a su Real Madrid campeón de liga!”.
No sé, si será verdad, pero me contaron que lo vieron arrancarse por fandangos.
Luego dices que no “t’enteras” de “na”.
Escucharlo cantar tiene que ser todo un espectáculo.
Eso es lo “qu’hace” falta, que te “guasés” tú también.
¿Dónde tuvo lugar el acontecimiento?
“To” fue que al salir de misa, nos encontramos con Juan Antonio “Chachongo”, el hijo de Domingo y Loli. “Tío Benito, vengan a tomarse una copica con nosotros”. Con el nervio que tiene, nos agarró del brazo y nos llevó a la casa que tienen los suegros de su primo Francisco Javier, “qu’es” arquitecto. Allí estaban “tos” sus amigos con sus respectivas familias. Fue llegar y “m’endiñó” una lata de cerveza, “d’ésas” “qu’hacen” ahora, de medio litro. No le pude replicar, porque me dijo: “¡Y hasta que no se la beba, no se va d’aquí!”. La lata hacía más bulto que yo. Encima, cualquiera le decía al “Chacongo – Maero”, que yo ya no bebía. Como estaba “mu” fresquita, empecé la tarea “acompañá” de sus correspondientes tapicas. ¡Qué “núo” “me s’hizo”!
Claro, como no está acostumbrado, todo le viene largo. ¿Qué le ocurrió para atragantarse?
Pues “qu’estaba” allí Esther Chiquero, la hija de mi buen amigo Eduardo. ¡Qué abrazo le di acordándome “d’otras” romerías con su padre! ¡La de sonetos “qu’habrá compuesto a la Virgen de “l’Arilla” en el cielo! Como nos pusimos tristes, llegó Juan Antonio: “Tío Benito, prepárese que, en cuanto me trague el jamón que tengo en la boca, le voy a cantar”. Como éste está “mu” “metío” en lo de Semana Santa, pensé:”Lo más que me canta es una saeta”. ¡Vaya fandangos que se cuajó! Además , “s’inventó” la letra:
“A una cerveza invitamos
al amigo Tío Benito,
a una cerveza invitamos.
Decía que no le gustaba
y se ha bebío el medio litro”.
“Con lomo, queso y jamón
convidamos al Tío Benito,
con lomo, queso y jamón.
Y pa pasarlo mejor
una copa de buen vino”.
“Por la Virgen de Alharilla
contentos vamos a brindar,
por la Virgen de Alharilla.
También por El Tío Benito
que nos ha venío a visitar”.
Mientras cantaba, pensaba: “Este torrente de voz es de Loli, su madre; porque
he ido munchos años a l’acituna con Domingo y no le oía decir na más que :’¡A
ver esos fardos, Tío Benito!’”. Cuando acabó, como la cervecica “me s’había”
“subío” a la cabeza, “m’atreví” a cantar:
“Munchas gracias os damos a tos
por habernos invitao,
munchas gracias os damos a tos.
Las gambas y los gambones
ni siquiera hemos probao”.
Tío Benito, reconozco que es usted un compositor de primera. ¡Cuánto talento se encierra en tan poco espacio!
¡No te creas! Cuando acabamos de cantar, “s’acercó” Isabel, la mujer del arquitecto, “qu’ésa” sí que canta como los ángeles, y nos dijo: “No he querío interrumpir porque, con el día qu’hace, no habría venío mal una agüita pa refrescar el ambiente. No cantéis más que tenéis a los niños asustaos”. Así que nos despedimos y nos fuimos a los toros.
¡No me diga que hubo toros en Alharilla!
Hombre, lo que se dice toros, toros, no; pero sí hubo algo.
Cuénteme, porque de esto no había oído nada.
Cuando llegábamos a la altura del “Gran Hermano”, iba “El Niño Pera” con un grupo “d’amigos”, y uno llevaba en la mano un capote de torear. En cuanto me vio: “¡Tío Benito, venga que le voy a presentar al mejor torero qu’hay ahora mismo! ¡Aquí tiene a Iván Fandiño que, la semana que viene, torea en La Ventas!”. Al decir esto, un muchacho “mu” “apañao”, con unas patillas “mu” grandes, como las de Eugenio “El Vaquero, “m’alargo” la mano: “Encantao de conoserle, Tío Benito – me dijo “mu” “educao” -. Este capote me lo ha regalao ‘El Niño’ y venimos de ofresérselo a la Virgen de l’Arilla pa que me proteja en las corrías”.
¡No me diga que también conoció al famoso torero Iván Fandiño!
¡Sí señor, y lo estuve entrenando!
A ver, a ver, que no me cuadra lo del entrenamiento.
“Na”, que al “Niño, se “l’courrió” decir al “mataor”: “Iván, como la semana que viene tienes que torear, ¿no te gustaría dar unos capotazos?”. “Hombre, si hubiera toro, no m’importaría” – respondió el torero -. “¡Eso ya mismo lo arreglo yo” – replico el famosos cantero -. Salió corriendo, fue a la casa, que tiene al “lao” del “Gran Hermano”, y se presentó con un par de cuernos “d’esos” que se cuelgan en la pared. Como vi que se venía “pa” mi, quise “escapame”, pero “m’agarró” de la rebeca: “Tío Benito, usted siempre ha sío un hombre mu capaz. Además, los amigos están pa las ocasiones. ¿Va a dejar al maestro con el capote en la mano? ¡Que no se diga qu’al Tío Benito l’han echao un toro al corral! Hágalo por su amigo Tomás, que lo estará viendo dende el cielo. Ande, coja los cuernos, si va a ser un chipitín”.
¡ Vamos, que le tocó hacer de toro!
Pocas cosas me quedan “qu’hacer” en la vida, pero nunca pensé “qu’acabaría” cuajando una faena completa.
¿Dónde tuvo lugar el espectáculo taurino?
Al “lao” de “La Moncloa”, “qu’había” un “roal”. ¡La que se lio! “Si quiere, se puede desabrochar el cuello de la camisa” – “m’aconsejó” el promotor mientras “m’endonaba” la cornamenta -. Al principio, me quedé un poquillo “parao”, pero recapacité: “Benito, qu’estamos en romería, y si hay qu’echar un rato, s’echa”. Así que cogí los cuernos y, cuando “El Pecas” acabó “d’hacer” los clarines con una cubeta que se ponía en la boca, saltó al ruedo “Enrebecao”, que fue el nombre que le pusieron al toro. Fandiño, que resultó ser “mu” buena gente, “m’aconsejó”: “Usted, tranquilo, que bastante más mansos he toreao y encima m’han pagao”. Yo creía que los cuernos pesaban menos, pero, cuando el maestro me dio dos capotazos, los llevaba por el suelo. Encima, “El Niño”, “qu’está” “mu” “lucho”, me gritaba: “¡Tío Benito, la avioneta! ¡Haga la avioneta!”. “¡Sí, hombre, y, si quieres, l’echo claveles a la Virgen!” – cavilaba mientras remataba una chicuelina -.
Sería una faena de aliño.
¡Qué va! Yo lo chaco a la rebeca y a los 40 grados a la sombra, pero me calenté y hasta banderillearon y picaron a “Enrebecao”. Lo peor fue que, al final, el respetable pidió el rabo del toro. ¡Si no “m’ando” listo, “El Mochi”, “qu’era” el sobresaliente, me corta los poquillos atributos que me quedan! Fandiño me dio gracias por los servicios “prestaos” y me dijo que me brindaría un toro de verdad cuando toreara en la Feria de San Isidro.
Entonces, ¿cómo acabó su experiencia como toro?
Mejor de lo “qu’esperaba”, porque ha “sío” la primera vez que sacan a hombros a un cornúpeta. Me cogieron “d’un” “puñao” y, cuando me quise dar cuenta, iba por los aires. Justo, en esos momentos, se presentó mi mujer, “qu’había” ido a ver a María la de Eligio y, como no sabía “na” de la “corría”, saltó: “¡Míralo, qué suerte tiene, qu’hasta lo llevan en hombros pa que no le duelan los pies!”.
¿Qué hicieron después de la corrida?
Comerme un platico de salmorejo un poquito amargo.
No me creo que la gente lleve comida en malas condiciones. Explíquese.
“To” fue porque nos encontramos con “Jóse”, el hijo de Sebastián “Esparraguito”, “’qu’en” paz descanse, y nos convidó a su casa. Cuando llegamos, allí tenías al camastrón de su “cuñao” Rafa detrás del “mostraor” como si fuera un tabernero. ¡Con lo bueno “qu’estaba” el salmorejo, “qu’amargo” me supo!
¿Qué le ocurrió”
“Na”, “qu’empezó” Rafa, con “muncha” guasa, a hacerme el avioncico: “¿Quién se va a comer esta sopica?”. Cuando llevaba tres o cuatros ”pasás”, como esperaba la llegada “d’otro” avión, tenía la boca abierta y, en esos momentos se presentó el hijo de D. Emiliano Vallejo, el maestro escuela, ése “qu’es” dentista, aprovechó “pa” decirme: “¡Qué poquito me gusta la dentaura que tiene! Ya mismo va a empezar a darle la lata. Cuando pase l’Arilla, se llega por mi consulta y, por 400 l’euros, l’apaño una nueva”. Con lo que me dijo, me quedé con la boca abierta, y eso que tenía la sopa dentro. No es malo “qu’el” carpintero me calmó: “No le haga caso, qu’es mu exagerao. Coma hoy, que de los dientes hablaremos mañana”. Ya no me quedé tranquilo porque, si a lo de Higinio tenía “qu’añadir” 400 “l’euros”, ¿de qué íbamos a vivir? Mi suerte fue que, al ratillo, salió la Virgen, la vi y “me s’olvidó” “to”.
Precisamente le iba a decir que me contara algo de la procesión.
A las 5 en punto y con 45 grados a la sombra, mientras tocaba la campana y sonaban los cohetes, allí teníamos un año más a Nuestra Patrona. “¡Viva la Virgen de l’Arilla! ¡Viva la Patrona de Porcuna! ¡Viva Nuestra Madre! ¡Viva la Reina del Llano!...” Como no paraba, mi mujer “m’insinuó”: “Benito, no abras tanto la boca no sea que venga el dentista y te suba la cuenta”. “¡Aunque me cueste un millón” – le repliqué -.
Con la temperatura que hacía, ¿cómo se portaron los anderos?
Te lo he dicho “munchas” veces: hay que sentir algo “mu” grande “pa” darse el palizón que se dan. ¡Qué manera de sudar! ¡Vamos, que les podías decir que no sudaron la camiseta! Iban “empapaicos”, pero llenicos “d’alegría” y orgullosos por llevar sobre sus hombros a lo más grande que tenemos los hijos de Porcuna: nuestra Virgen de “l’Arilla”.
¿Quién ocupó el lugar del desaparecido José María Ruano?
Al principio, dejaron el “roal” vacío; pero, después, cuando ya “s’organizó” bien la “procesión”, se puso Manuel “Palomillo”, aunque fue rápidamente “reemplazao” por Fernan el Carpintero.
¡No me creo que Fernan arrimara el hombro! Yo sé que ayuda a vestir y a colocar a la Virgen en las andas, pero de eso a llevarla…
¡Pues la llevó, y bastante rato! De “toas” maneras, se le notaba “qu’era” novato, porque estuvo a punto de dejar cojos de pisotones a Carlos “Capalana”, “qu’iba” en el varal “d’en medio”, y a Felipe Vallejos, “qu’iba” en el otro varal. El que sudó de lo lindo, pero no se quitó la chaqueta ni la corbata fue D. Jesús. Cuando lo vi, comenté a mi mujer: “Y a nuestro párroco ¿quién l’habrá dicho que no se desabroche el botón del cuello de la camisa?”. A su “lao” iba Eugenio, nuestro cura, con su gorrilla y su “niki” de manga corta más fresco “qu’una lechuga.
Con la tarde que hacía, habría menos romeros acompañando a la Virgen.
¡Qué poco conoces a la gente de Porcuna! Tendremos “munchos” defectos y seremos “mu” malos, pero la Virgen de “l’Arillla” no puede tener queja de su pueblo. Si no me crees, mira los retratros “qu’hizo” Manolín Jalón, “dende” lo alto “d’una” grúa, en “Internel”. Cállate que pasó una cosa “mu” graciosa: este año, por primera vez, vinieron los de la televisión “pa” que “to” el mundo viera nuestra romería “dende” el aire y, “pa” eso, llamaron a Gonzalo con su grúa y le pusieron una canasta “mu” grande “pa” que se subieran los de las cámaras. Entonces, Manolín Jalón, como hace retratos de “to” lo que pasa en Porcuna, se montó también. Yo no creía que Lucía, su mujer, lo quería tanto. Cuando pasamos a su “lao” con la “procesión”, allí la tenías llorando como una “Madalena”: “¡Ay, Virgen de l’Arilla, que no le pase na a mi Manolo! ¡Ay, que to lo hace por Porcuna, y a mi me va dejar viuda antes de tiempo! ¡Ay, que no sabe volar! ¡Virgen mía, si no le pasa na, te prometo que voy a estar cinco minutos sin hablar!”. A mi parienta le tiré una indirecta: “Aprende, ésta sí es una mujer queriendo a su marío, no como otras, que yo conozco”.
¿Cómo fue la llegada al Humilladero?
Hacía “munchísimo” calor, pero más gente había. Tuvimos suerte porque, al llegar, se nubló un poquillo y lo agradecimos. ¡Hasta el Niño Jesús llevaba sus goticas de sudor! “M’acordé”: “Tenían qu’haber colocao otros 11 ventiladores mirando p’al Llano”. Como siempre, resultó “mu” emocionante con nuestra banda de la Virgen de las Angustias tocando y los anderos bailando a la Virgen. El que no faltó fue nuestro amigo Cristian, que, por la mañana, estuvo de Comunión, pero llegó “pa” tocar sus famosos “solos”.
Parece que el hijo de Tomás es su ojito derecho porque siempre me lo nombra.
Él es “mu” bueno, pero sin el resto de la banda no haría “na”. ¡20 años, “na” menos, llevan tocando en la romería, y cada vez lo hacen mejor! Otro “qu’esta” en plena forma es nuestro amigo Luisito “El Orejita” cantando la Salve en la casa de Pepe Cobo. Como es concejal, un día se lo dije: “Luisito, es el único día del año que tomas la palabra y ni Miguel Moreno es capaz de callarte”. ¡Qué “panzá” de llorar nos pegamos entre “El Orejita” y la copla de José María Ruano, que cantaron los del Coro de la Hermandad. El que volvió otra vez a su sitio en la vigueta fue Ángel Cobo después “d’haber” “sío” mayordomo. ¡A ése tampoco se “l’acabaron” las lágrimas mientras cantaba!
Me han hablado muy bien del paso de la Virgen por la Casa de Arjona.
Tú sabes que los arjoneros quieren “muncho” a la Virgen de “l’Arilla”; pues bien, “dende” hace unos años “s’están” esmerando y cada vez “l’hacen” cosas más bonitas cuando la “procesión” pasa por su puerta. ¡Qué bien le cantaron el Ave María “acompañao” por la música! En un balcón estaba Braulia Palomo, la del estanco, y al verla comenté a mi mujer: “L’ha pasao como a la gente joven que se va a trabajar al extranjero: nosotros los enseñamos y otros le sacan la pringue”. Mi mujer “m’aclaró”: “Que no, Benito, que Braulia sigue siendo de Porcuna. Lo que pasa es qu’es maestra escuela y está en Arjona. ¡Seguro qu’ha tenío que ver algo con los cánticos!”. Por cierto, como tengamos otra romería como ésta, a la Virgen vamos a tener que colocarle unas campanicas “pa” saber por dónde va la “procesión”
¿Por qué habría que ponerle campanas?
Porque, como “to” estaba tan seco, se levantó un “polvarín” que no se veía a dos metros. Entre el sudor y el polvo “pacíamos” piconeros. Cómo me vería mi mujer que, cuando “arrodeamos” “pa” entrar en la iglesia, me propuso: “Anda, Benito, si quieres, te puedes desabrochar el botón del cuello pa que t’entre fresquito”. “¡Sí, hombre, pa que me s’enzucie la camiseta de borreguito, y luego me regañes! ¡Yo aguanto, aunque me salga sarpullío”. Así que, a las siete y media, cuando entraba la Virgen en su casa, le pedí “pa” que nos tenga buenos y, el año que viene, podamos gritarle “mu” fuerte
¡Viva la Virgen de Alharilla
¡Viva la Patrona de Porcuna!
¡Viva Nuestra Madre!
Casto
Publicado en el programa de festejos oficial de la Romería de Alharilla 2013, editado por la Cofradía de la Santísima Virgen de Alharilla.