El apellido "TORRE" -------------------------------------------------------------------------------- Por Roberto Calvo Torre http://www.reterioja.es/personales/rcalvo12/torre.html Los autores de la Enciclopedia consultada (Diccionario heráldico y genealógico de apellidos españoles y americanos, por Alberto y Arturo García Carraffa) manifiestan su disconformidad con los otros autores que mantienen el criterio de que todas las familias apellidadas con las variantes «Latorre», «La Torre», «de la Torre» o «Torre» proceden de un mismo solar y tronco, y se muestran igualmente disconformes con los que afirman que «Torre» y «Torres», en plural, son modalidades de un solo linaje. Sin embargo, como quiera que hay distintas opiniones al respecto, hemos buscado los orígenes de todas ellas, pues existen probabilidades de estar relacionados los unos con los otros. Respecto del apellido «Latorre» o «La Torre», es tan antiguo, que muchos tratadistas se pierden en la bruma de la Edad Antigua buscando su problemático origen. Según los autores, no hemos de seguirles en sus estériles esfuerzos, y menos en admitir como tronco de todos los Latorre a Héctor, hijo de Prianzo, quien, después de haber sido destruida Troya, pasó a Italia, donde fundó varias ciudades. Los descendientes de Héctor -añaden esos tratadistas, y sólo a título de curiosidad dicen reproducirlo los autores- fueron señores de Milán en tiempos de San Ambrosio, y este santo, para defender la ciudad de los arrianos, encargó a siete caballeros de esta familia, la defensa y custodia de las puertas de la población, tocándole a uno de ellos la vigilancia de la Porta Nova, en cuya defensa se comportó tan heroicamente, que fue recompensado con el Condado de Balzasino. Desde entonces se le conoció con el nombre de «el caballero de la Torre». A la caída del imperio romano, los individuos de esta familia se extendieron por distintas partes de Europa, principalmente por Francia y España. En Francia emparentaron con la familia de Carlo Magno, y uno de ellos, de nombre Arnaldo, casó con una hija de los Duques de Borgoña, llamada Helia, a la que dieron un estado que denominaron de la Torre. De este enlace nacieron dos gemelos. Uno de éstos, llamado Criprando, casó con una hija de Taccio, de la que tuvo dos hijos: Martino I y otro cuyo nombre se ignora. Este último fue precisamente el que, según los tratadistas que venimos extractando, pasó a España en tiempos de la Reconquista. Pero al llegar a este punto nos encontramos con un hecho evidente, que pone en tela de justificada duda todo lo que queda transcrito. Este hecho es el de que a un mismo tiempo aparecen caballeros del apellido o sobrenombre de Latorre, La Torre y la Torre, en Castilla, León, Galicia, Andalucía, Aragón y otras regiones. Las historias de Castilla nos hablan de Fernán García y Día Sanz, hermanos y caballeros ilustres de Segovia, que sirvieron al rey don Ramiro II de León en 932, en el asedio de la villa de Madrid, tomando una puerta o torre, llamada de la Vega, según unos, y de Guadalajara, según otros, que ofrecieron como alojamiento al citado Monarca. Por este hecho, el Fernán García adoptó el sobrenombre de La Torre, y considérasele como progenitor de algunos de los de su apellido en Castilla. En el reino de León encontramos a Albar García de la Torre, Alcaide de las fortalezas de la ciudad de León, y con cuya descendencia, según Salazar y Castro, emparentaron los Lara, por el matrimonio de doña Catalina de la Torre con Bernabé Manrique de Lara. En el reino de Valencia hallamos a Sancho de la Torre, valeroso hijo de Galicia, que pasó a la conquista de aquel reino y quedó heredado en la ciudad de Orihuela, en premio de haber impedido con su valor y resolución que el Alcaide moro de la mencionada ciudad pasase a cuchillo a todos los cristianos. En Andalucía se distinguió Pero López de la Torre, que sirvió al rey don Fernando III «el Santo». Dejó sucesión en Jaén, contándose entre sus descendientes a Pero Ruiz de la Torre, progenitor de los Condes de Villar. Algunos genealogistas dicen que en el Valle de Valdeguña, en las antiguas Montañas de Burgos, radicó un viejo solar de La Torre, y otros en los lugares de Carrasquedo y Arraz, del Valle de Mena y partido judicial de Villarcayo (Burgos). Hecha esta síntesis o impresión de conjunto, sobre los antecedentes del apellido que nos ocupa, vamos a mencionar por separado algunas de las distintas casas esparcidas por diferentes regiones, y de las que se tiene concreta noticia. En Guipúzcoa y Vizcaya: Según Lizaso, dentro de los muros de la ciudad de San Sebastián, en Guipúzcoa, hubo una casa solar de Latorre, contigua al campanario de la iglesia de Santa María. Era torre fuerte, antiquísima, pobladora de la ciudad y de Cabo de Armería. En lo antiguo, tuvo en la mota del castillo muchas viñas, con casa y lagar. Sucedió en este solar doña María Pérez de Berástegui y de la Torre (hija legítima de Agustín de Berástegui y de doña Sancha de la Torre), la cual otorgó testamento ante Martín Pérez de Arbelaiz, Escribano de número de la misma ciudad, haciendo diferentes legados y donaciones y fundando un vínculo y mayorazgo. En Vizcaya radicó una casa de La Torre en la villa de Carranza, del partido judicial de Valmaseda. Heredó en Cataluña y llevó el Condado de Llar. Otra casa hubo en el Valle de Carranza. Enlazó con el linaje de Pando y disfrutó del título de Conde de Torre-Pando, familia enlazada con los Condes de Villapaterna, Tobar, San Javier y de la Granja; Marqueses de Miraflores, de Mijares, de Toro, del Moral y de la Regalía, y Vizcondes de Altagracia y de San Bernardo. Así lo consigna el Doctor Labayru. En Santander: En esta provincia hubo una casa de La Torre en el Concejo de Villaverde de Trucios, del partido judicial de Castro Urdiales. Dimanó en la establecida en la villa de Carranza, en Vizcaya, y ostentó sus mismas armas. Otra radicó en el Valle de Camargo. En La Rioja: Los Latorre riojanos tuvieron su casa solar en la villa de Huércanos, del partido judicial de Nájera, y a ella perteneció... I Jacinto Latorre, natural de Huércanos, que tuvo por esposa a doña Manuela Uresa, natural de Alesón, en el mismo partido de Nájera, y en ella procreó a... II Miguel Latorre y Uresa, natural de Huércanos, que casó con doña Josefa Leza, natural de Uruñuela, en el citado partido judicial de Nájera (hija de Diego Leza, natural de Alberite, también en La Rioja, y de doña Mariana Llorente, natural de Uruñuela). De esta unión nació... III Ramón Latorre y Leza, natural de Huércanos, que contrajo matrimonio con doña Juana Ozcariz, natural de Sangüesa, Navarra (hija de Manuel Ozcariz, natural de Lumbier, también en Navarra, y de doña Felipa Pérez Mozún, natural de Logroño). Fue su hijo... IV Modesto Latorre y Ozcariz, natural de Huércanos y Caballero de la Orden de Carlos III, en la que ingresó el 5 de Noviembre de 1839. En Aragón: En documentos que se guardan en el archivo de los Marqueses de Santa Coloma, se dice que uno de los descendientes inmediatos de Criprando, el Caballero francés mencionado al inicio de esta información, vino a Aragón con mucha gente a sus órdenes para ponerse al servicio del Rey don Alfonso II «el Casto», de Aragón, cuando este Monarca emprendió la conquista de Alcañiz y de su comarca. En 1169 ganaban las villas y castillos de Frabara, Monroyo, Mazaleón, Maella, Valdetormo, La Fresneda, Valderrobles, Rafales, Peñarroya, Aguaviva y otras plazas que estaban en poder de los moros. El Rey, agradecido a los servicios prestados por el caballero La Torre y sus tropas, le dió en recompensa varios heredamientos en Monroyo (Teruel), y esta villa pasó a ser propiedad de la Orden de Calatrava, para que fuera cabeza de la Encomienda de la villa de Alcañiz, por lo que fue el escudo de Monroyo el de la Orden de Calatrava. De los datos contenidos en el mencionado archivo se puede establecer una genealogía de esa casa de La Torre, que comienza desde el hijo del caballero heredado en Monroyo hasta Ramón de La Torre y Marañón, que fue noveno Marqués de Santa Coloma y que nació en la segunda mitad del siglo XIX (ver Enciclopedia) En otra parte de la Enciclopedia, los autores tratan el apellido «Torre». Justifican el hacerlo separadamente de los otros, por acomodarlo al orden alfabético con que figura en muchas obras tanto antiguas como modernas. Esta coyuntura, afirman, les permite ampliar la información ya referida y también añadir nuevos reparos a los fabulosos orígenes que se atribuyen a este apellido, así como recalcar su disconformidad con quienes defienden que todas las familias apellidadas con las distintas variantes proceden de un mismo solar y tronco. Numerosas y antiguas -repiten- fueron las casas solares de este apellido que hubo en distintas regiones de España. Pero de algunas sólo existen referencias imprecisas y confusas. De otras son muy escuetas las noticias que se tienen. En cambio son abundantes aquéllas de las que se conservan amplios datos genealógicos que los autores sintetizaron u omitieron al tratar el apellido «La Torre», por su mucha extensión, y que van a continuar sintetizando y omitiendo ahora (al tratar «Torre»), por igual causa, aunque ampliándolos cuanto puedan. De algunos de los legendarios orígenes que se atribuyen al apellido «Torre», ya se ha hecho mención (si bien no más que a título de curiosas referencias), al hablar de «La Torre», y en igual sentido quedaron allí nombrados varios de sus pretendidos remotos progenitores, a los que debemos agregar otro del que distintos tratadistas escriben que proceden todas las familias apellidadas «Torre» y «Torres». Se refieren a Sancho Fortún de Torres, nieto de Fortún II, Rey de Navarra, y bisnieto del también monarca navarro García Íñiguez II, volviendo a situar de nuevo su gratuita afirmación en los pretéritos tiempos que envuelven con densas oscuridades, no sólo el origen de un linaje, imposibilitando su esclarecimiento, sino también la existencia efectiva del progenitor que le asignan, como sucede en este caso. Porque, si de acuerdo con lo que se lee en diversas historias, sólo hay seguridad del reinado de Fortún II, por una donación a San Salvador de Leire, en el año 901, y únicamente se sabe que fue rey piadoso; que no tuvo sucesión directa, y que, renunciando a la corona en favor de su hermano Sancho II «Abarca», tomó el hábito de monje en dicho monasterio, mal pudo ser nieto suyo el Sancho Fortún de Torres señalado como el primitivo progenitor de los Torres y Torre. No se nos oculta que también hay historiadores muy inclinados a creer que no sólo casó el rey Fortún II, sino que tuvo varios hijos legítimos, pero la crítica histórica moderna los refuta, llegando hasta el extremo de considerar muy dudosa la existencia de dicho monarca, en lo que va más lejos de lo anteriormente apuntado. En lo que atañe a la común procedencia de todas las familias de los apellidos «Torre» y «Torres», cúmplenos decir que tal comunidad de origen no aparece tampoco en las nuevas noticias que en esta información se recoge. Sólamente -dicen los autores- nos informaron de los lugares, comarcas o regiones de donde proceden o hicieron su asiento o radicaron sus casas solariegas. Y si bien es cierto que entre algunas de las cuales hay lógicas muestras de lazos familiares, no se descubre en las restantes esa relación de dependencia y parentesco. Esto nos lleva a agruparlos por regiones para el mejor orden y más clara inteligencia de las características que las diferencian o enlazan. En la montaña de Santander: Con hondas y esparcidas raíces, y también con frondosas ramas, aparece este apellido en diversas localidades santanderinas, por lo que no es raro que se le tenga como netamente montañés, opinión que -aseguran los autores- no compartimos, en razón de lo que se desprende de otros autorizados testimonios que iremos apuntando. Algunas casas son: - Casa de la Villa de Comillas. - Casa del lugar de Serdio (perteneciente al Ayuntamiento de Val de San Vicente, del partido judicial de San Vicente de la Barquera, en el que también radica Comillas. - Casa del lugar de Periedo (apellidados Gómez de la Torre) - Casa del lugar de Aguera y de Villaverde de Trucios. - Casa del lugar de Regules (apellidados Gutiérrez de la Torre) ...y otras casas santanderinas. En Vizcaya: - Casa del Concejo y Valle de Carranza. - Casa Solar del Concejo y Valle de Trucios ...y otras casas. En La Rioja: En la villa de Ajamaniel de los Cameros, del partido judicial de Torrecilla de Cameros, hizo su asiento una familia del apellido que venimos tratando, del que antepuso el patronímico Martínez, apellidándose en sucesivas generaciones Martínez de la Torre. De esta familia fue: I Juan Martínez de la Torre, natural de Ajamaniel de los Cameros, marido de doña Ana María Hernández, de Hornillos de Cameros, y ambos padres de... II José Martínez de la Torre Hernández, natural de Hornillos de Cameros, que casó con doña Isabel de Ulibarri y Cámbara, natural de Ajamaniel, y procrearon a... III Manuel Martínez de la Torre y Ulibarri, natural de Ajamaniel, que en su mujer, doña Manuela Martínez Lozano, de igual naturaleza tuvo a... IV Antonio Martínez de la Torre Martínez, nacido en Ajamaniel, que ingresó en la orden de Carlos III el 27 de Marzo de 1830. En la villa de Huércanos, del partido judicial de Nájera, tuvo su casa solar otra familia riojana apellidada Latorre. Ya se ha insertado una breve genealogía de la misma. En Burgos: Había una familia de la Torre, oriunda de la montaña de Santander. En el lugar de Santa Olaja (del Ayuntamiento de Valle de Mena y partido judicial de Villarcayo) había otra familia de la Torre Se encuentran casas con este apellido en otras regiones, como Toledo o Valencia... Finalmente, para completar esta investigación, transcribo lo que, textualmente, se dice en la Enciclopedia Heráldica y Genealógica acerca del apellido «Torres». El estudio, en conjunto, de este apellido, presenta análogas complejidades que el de «Torre», en singular, ya recogido en anteriores páginas. Los opuestos orígenes que se le atribuyen; los distintos progenitores que se le suponen; la diversidad y abundancia de las casas solares que tuvo en gran parte de las regiones españolas, y la falta de testimonios fehacientes, en la mayoría de los casos, que descubran las relaciones de sangre, procedencia o parentesco que las enlazan o fijen las diferencias que las separan, hacen repetidamente estériles los esfuerzos del investigador. Los escritores que se aventuran a suponer que todas las familias Torres proceden de un mismo solar y tronco, no sólo discrepan abiertamente al exponer, muy de pasada, los dudosos datos en que fundan esa pretendida comunidad de origen, sino que los remontan a lejanos tiempos, en los cuales las densas oscuridades de lo pretérito hacen inútil toda comprobación. Hemos, pues, de concretarnos en este estudio, como lo hicimos en el del apellido «Torre», a agrupar por regiones las noticias que tenemos de algunas familias apellidadas «Torres», cuidando de marcar, en lo que esté anuestro alcance, sus nexos o diferencias, dentro de la síntesis a la que nos obliga el espacio de que disponemos y el carácter de esta obra. En Navarra: Hay familias del apellido «Torres» que se consideran originarias de la Casa Real de Navarra. Una de ellas tiene por su progenitor a Sancho Fortún o Fortunio de Torres, Ricohombre y Señor de la villa de Pancorbo (Burgos), de quien, se afirma que era nieto del Monarca navarro Fortún II. Otra se cree descendiente del Infante don Fernando, también de Navarra, luego rey de Castilla, llamado Fernando I «el Grande»* y de su mujer doña Sancha, cuyo enlace matrimonial unió los reinos de León, Galicia, y Castilla. Leemos, además, que esas procedencias constan en sendos privilegios reales de gran antigüedad, en torno de los cuales estimamos conveniente exponer algunas aclaraciones. Dicen los informes que tenemos a la vista que la Real Carta del primero de tales privilegios fue otrogada por don García Sánchez, Rey de Navarra, al mencionado Sancho Fortún de Torres, como nieto del Rey Fortún II, el 4 de Diciembre del año 927, escrita en pergamino y en latín y confirmada por el también Monarca navarro Sancho III «Garcés», hijo del anterior don García. Nada tendríamos que oponer a esa referencia, a pesar de que omite cómo y cuándo se tuvo noticia de dicha Real Carta y en qué archivo fue hallada o conservada, si no diera motivo a reparos más importantes, entre los que figura el que pusimos, con evidente fundamento, al repetido Sancho Fortún de Torres en los comienzos de la información del apellido «Torre», en que hubimos de hablar de él (y precisamente por análoga causa que ahora lo hacemos), debido a su aparición en el curso de aquel estudio como nieto del Rey de Navarra Fortún II y progenitor de las familias apellidadas Torre y Torres, según la aventurada creencia de algunos tratadistas para quienes ambos apellidos son uno mismo, y de añadidura originarios de la Casa Real de Navarra. Pero no es cosa de reproducir ahora las razones que opusimos a tales juicios en las primeras líneas de la información del apellido «Torre», a las que remitimos al que leyere, evitando así una repetición innecesaria. La Real carta relativa al segundo privilegio fue otorgada hacia el año 1076 por el Rey de Castilla Alfonso I (hijo de Fernando I «el Grande») y su primera mujer doña Inés, a favor de Fortún Sánchez de Torres y de Lope Sánchez de Torres, sus primos, en premio de lo lealmente que habían servido a los abuelos de aquel Monarca, dando, a Fortún, la villa de Peña con su fortalez y vasallaje, y a Lope, los lugares de Campo y Campillo, y confirmando a los dos en sus prerrogativas, derechos y rentas como hidalgos que eran de los mejores de Castilla. Así consta en una copia sacada del original de dicho privilegio que existe en la Real Chancillería de Valladolid. No hemos dispuesto de tiempo, ni tenido oportunidad para confirmar la existencia de ese tan antiguo documento en aquel Archivo; pero allí se guardará, puesto que lo aseguran los informes que nos han sido facilitados sobre su copia, de la que claramente se deduce la mucha antigüedad de la estirpe de determinados Torres en Navarra, originarios de su Real Casa, siendo de lamentar que la genealogía continuada de los descendientes de los mencionados Fortún Sánchez de Torres y Lope Sánchez de Torres, primos del Rey Alfonso I de Castilla, según lo declara el mismo Rey en su Real carta (y en su consecuencia sobrinos de Fernando I de Castilla) no aparezca, siquiera fuese en sus primeras generaciones, en las fuentes informativas que han sido objeto de nuestra consulta. Otras referencias relativas a los Torres en su calidad de descendientes del repetido Infante navarro y después Rey de Castilla, Fernando I «el Grande», nos inducen a nuevas aclaraciones para disipar la evidente confusión que las informa. Según esas referencias, notoriamente equivocadas, de un muy antiguo solar de Torres radicado en la ciudad de Soria, pasaron dos hermanos a residir en la ciudad de Arévalo (Ávila) y en la villa de Cuéllar (Segovia). El que se estableció en Arévalo, llamado Grau de Torres, casó allí, por el año 1050, con una señora muy principal en la que tuvo un hijo que también se llamó Grau, el cual fue doncel del Infante de Navarra don Fernando, luego Fernando I de Castilla, que le confirmó un privilegio de sus antepasados reconociéndole como de linaje Real y a quien sirvió en el cerco de la ciudad de Antequera (Málaga), siendo el primero que se lanzó a la escalada y entró en la ciudad, noticia que establece la confusión a que antes hemos aludido. Pues sabido es que la toma de Antequera no la realizó el ejército del Rey de Castilla, Fernando I «el Grande»; la llevó a cabo, cerca de cuatro siglos más tarde del fallecimiento de dicho Monarca, el infante don Fernando de Antequera (precisamente llamado así como conquistador de aquella ciudad), luego Fernando I, Rey de Aragón. Con claridad se ve que por estar confundidos ambos Reyes en las referencias que veníamos recogiendo (no obstante los siglos que separan su existencia y reinados) se cayó en el error de atribuir al segundo Grau de Torre, descendiente del solar de su apellido en la ciudad de Soria y casado y establecido en Arévalo, una ascendencia Real navarra que no se confirma, y una sucesión que en realidad corresponde ser tenida como originaria del viejo solar del apellido Torres en Soria, motivo que nos lleva a omitirla ahora para trasladarla a las líneas que después dedicaremos al solar de la ciudad de Soria, como corresponde al mejor orden de esta información y con arreglo a los tiempos en que se desenvolvió. De otras casas navarras de este apellido hay noticias plenamente comprobadas. Una radicó en el Valle del Baztán; otra en la villa de Allo, del partido judicial de Estella, y otra en la de Dicastillo, del mismo partido. Las tres eran solares nobles, con asiento en Cortes. Sus descendientes obtuvieron confirmación de su nobleza dada por los Tribunales Reales de Corte y Consejo de Navarra en los años 1677, 1686, 1752, 1767 y 1793. En Soria Sobre el origen del antiguo solar de Torres, radicado en la ciudad de Soria, hay también dos versiones. Una lo presenta como originario de Casa Real de Navarra y en análoga forma que la referida en anteriores líneas. Otra asegura que procedía de Francia y que fue su fundador y progenitor el Condestable francés Beltrán de Claquin, noticia que amplía Rades de Andrada en su «Crónica de las tres órdenes de Caballería Santiago, Calatrava y Alcántara y reproduce Argote de Molina en su «Nobleza de Andalucía». Según estos historiadores, y otros que les siguen, el citado Beltrán de Claquin, Condestable francés y Señor de Torres, en Torayno (Francia), pasó a Castilla, y más concretamente a Soria, donde en una dueña de aquella ciudad, que algunos califican de señora noble, tuvo dos hijos: Uno, llamado Beltrán de Torres, apellido que tomó del nombre del señorío que su padre tenía en Francia, fue Comendador de Mudela en la Orden de Calatrava. El otro fue heredado en la ciudad de Soria, donde fundó casa y mayorazgo, siendo descendiente suyo don García de Torres, Obispo de Burgos, que yace sepultado en la capilla de don Alonso de Cartagena de su catedral. Ya recogidas ambas procedencias, recordamos que en el último párrafo de los dedicados anteriormente a los Torres de Navarra hicimos escueta mención de este solar de Soria para intentar poner en claro una evidente confusión que afecta al origen, los tiempos en que vivieron y la descendencia que dejaron dos hermanos nacidos en aquel solar y fundadores de las ramas de su linaje en la ciudad de Aréval (Ávila) y en la villa de Cuéllar (Segovia). Repase el lector ese párrafo porque tiene, como prmetimos, su continuación en los que siguen encaminados a acoplar los informes reproducidos en aquél a una mayor justeza con la realidad histórica y al cómputo de los tiempos, conforme aparece en la siguiente genealogía. I. El llamado Grau de Torres, como su padre, fue Doncel del Infante de Castilla, don Fernando el de Antequera, a quien sirvió con denodado valor en el cerco que dicho Infante (y no el Rey castellano don Fernando I «el Grande») puso a la ciudad de Antequera (Málaga), que estaba en poder de los moros, siendo el primero que se lanzó a la escalada y entró en al ciudad. Casó en Arévalo con una señora de noble linaje, en la que tuvo estos hijos: 1º Juan Gutiérrez de Torres, que sigue. 2º Carlos Díaz de Torres, que sirvió a los Infantes de Aragón; y... 3º Diego de Torres, de quien volveremos a tratar en las páginas que, terminada esta genealogía, dedicamos a las familias de Torres del Reino de Valencia* por haber sido el progenitor de una de ellas muy noble y principal. II. Juan Gutiérrez de Torres se distinguió, como su padre, en la toma de Antequera, mereciendo que el Infante don Fernando le armara Caballero de Santiago personalmente y le nombrara su Maestre de Sala y Alguacil Mayor de Arévalo. Le confirmó también un privilegio de sus antepasados, una de cuyas claúsulas decía: «Que por cuanto son del Linaje del Rey, pueden poner sobre sus armas una corona», preeminencia destacada siempre en los escudos de sus casas, reposteros y sepulturas. Le sucedió su hijo... III. Juan de Torres, segundo del nombre, padre de... IV. Cristobal de Torres, que fue Corregidor de Cuéllar y casó con doña Vienda Núñez Vela, dama noble y rica, naciendo de este enlace ocho hijos. El primogénito fue... V. Cristobal de Torres Núñez, que se unió en matrimonio con una señora muy principal del apellido Herrera y de casa solariega antigua y noble. Tuvieron este hijo... VI. Antonio de Torres y Herrera, Caballero de la Orden de San Juan de Malta, en quien se cortan los datos que tenemos de esta rama. En Aragón: Tienen los Torres aragoneses mucha antigüedad, tanta que se remonta a los primeros años de la segunda mitad del siglo XI en el reinado del Monarca de Aragón Sancho Ramírez, según el testimonio de varios historiadores. Jerónimo Zurita, refiriendo la toma del castillo de la hoy villa de Bolea (Huesca), dice que en el asalto de aquella fortaleza y de la villa intervinieron los mejores caudillos del mencionado Rey, distinguiéndose entre todos dos hermanos y caballeros muy principales llamados Torres. El también historiador Gonzalo García de Santa María habla de los mismos hermanos con igual elogio, y añade que Sancho Ramírez, en premio a su eficaz ayuda, les cambió el apellido Torres por el de Bolea, convirtiéndoles así en los progenitores de la ilustre casa aragonesa de los Bolea. Pero García Ciprés considera que este nuevo apellido de Bolea, que más bien se debiera denominar Torres de Bolea, lo confunden algunos historiadores con otro apellido Bolea que ya existía antes y al cual hace referencia un documento fechado en 1032, que se conservaba en el monasterio de San Juan de la Peña, otrogado por el rey Ramiro I de Aragón en favor de Sancho de Bolea Pueyo (que gobernaba el castillo de Bolea y hubo de rendirlo a los moros), prometiéndole que cuando se reconquistara la villa y su fortaleza le daría una casa con su correspondiente heredamiento y entera libertad y franqueza en todo el reino, lo que equivalía a declararle infanzón. Sigue diciendo el mismo historiador y genealogista que también en elibro gótico del monasterio de San Juan de la Peña había otro documento, fechado en 1043, otorgado por los hermanos Ferriol y Nuemio de Bolea, en el que se consigna que los moros habían matado a su hermana Abinima de Bolea, con lo que salta a la vista que eran dos familias distintas; una la de esos Bolea con el don Sancho, su familiar, que rindió a los moros el castillo y la villa, donde vivían, y otra la de los hermanos Torres, que se distinguieron valerosamente en la reconquista de la fortaleza y del pueblo. Esos hermanos se llamaban Iñigo y Martín, y al sustituir el apellido Torres con el de Bolea fueron tronco de la noble familia que enlazó después con los Abarca, dando origen a los Abarca de Bolea que andando los tiempos fueron Condes de las Almunias, Marqueses de Torres de Montes y Barones de Clamosá, Siétamo y Rodellar. Otra familia aragonesa apellidada Torres y que no aparece en ningún aspecto relacionada con los Torres a que anteriormente nos hemos referido, tuvo su más antigua casa solar en la villa de Albelda, del partido judicial de Tamarite (Huesca). Era casa de las llamadas «francas» porque el diezmo lo pagaban al rector o párroco del pueblo y no estaban sujetas al Teniente de Bayle de Albelda, sino al Bayle de Tamarite, privilegio exclusivo de las casas de los descendientes de los pobladores de Albelda después de haber sido arrojados de ella los moros. De lo que se deduce que uno de los primitivos antepasados iba en el ejército cristiano reconquistador de Albelda, y que allí quedó heredado y establecido como uno de sus nuevos pobladores. En el año 1540 poseía esta familia un beneficio y enterramiento propio y exclusivo en la capilla de la Asunción de Nuestra Señora de la parroquial antigua, pero al quedar esta iglesia casi derruída, le fue concedido derecho de sepultura en la capilla de Santa Lucía de la nueva parroquia. En el lugar de Lamata o La Mata, del Ayuntamiento de Abizanda y partido judicial de Boltaña (Huesca), hubo desde tiempo inmemorial otro solar de Torres que siempre fue tenido como infanzón, gozando de los privilegios y exenciones que disfrutaban en Aragón los infanzones. Así consta en una probanza que rindió ante la Real Audiencia de Zaragoza, en 1585, Miguel Torres, natural y vecino de Lamata. Ramas de este solar pasaron a residir en los lugares de Ballestar, distante media legua de Lamata; Ibieca, Aguas y Junzano, pertenecientes los tres al partido judicial de Huesca, y en la villa La Puebla de Fontova, del partido de Benabarre, en la misma provincia. La rama establecida en el lugar de Ibieca levantó un hermoso casal con dos portales, ostentando en su fachada el escudo de armas (que más adelante se describe en la Enciclopedia). Este casal aún existía en 1920. Sus moradores habían probado de nuevo su infanzonía en 1778. Hay otras familias Torres importantes y numerosas de las que se habla en esta Enciclopedia, en Valencia, en Cataluña y Mallorca, en Murcia, en Andalucía y en otras regiones como Guadalajara, Segovia, Montaña de Santander, Vizcaya, Extremadura, etc. Este escrito ha sido extraído del Diccionario heráldico y genealógico de apellidos españoles y americanos, por Alberto y Arturo García Carraffa.