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UNA VIDA CONSAGRADA AL
ALTRUISMO
MODESTO RUIZ DE QUERO IN
MEMORIAM
POST DECEM ANNIS
(16 de abril de 1997).
“Sólo son imprescindibles,
los que luchan
toda la vida”
Bertold Brech
Nadie debería morir, al menos sin dejar tras de sí las buenas obras
de una larga vida, las ideas que le guiaron y la memoria de su paso por este
mundo en las mentes de sus contemporáneos y sus ulteriores. Por ello, ya que de
todo esto dejó mucho, el recuerdo de Modesto Ruiz de Quero, a diez años de su
muerte, no es algo triste para los que tuvimos el privilegio de conocerlo.
Modesto fue un hombre avanzado a su tiempo, pero en absoluto un
visionario iluminado. Luchó fieramente blandiendo las armas de la razón y la
ética. Desarrolló, desde su formación humanista, cristiana y republicana, un
profundo amor por la Historia que le convirtió en un erudito historiador sin
tener una formación académica convencional. Llevó adelante una digna vida en su
trabajo como topógrafo y agrimensor y dejó ejemplo de bonhomía y coraje en su
pugna vital por la conservación del Patrimonio Histórico y Cultural de Porcuna y
por su creencia en la preeminencia de la bondad humana y en la transformación
social hacia nuevos horizontes de igualdad y fraternidad.
Modesto Ruiz de
Quero Ruiz de Quero nació el día 14 de marzo de 1914 en el seno de una de las
últimas familias de medianos terratenientes de Porcuna, hijo de Manuel de la
Cruz Ruiz de Quero Gallo y Manuela Ruiz de Quero Ruibérriz de Torres. Junto con
su hermano menor Antonio estudió Topografía, secundando la labor profesional de
su padre, ingeniero agrónomo. Ambos hermanos se dedicarían durante toda su vida
a esta labor con una profesionalidad y culto por el trabajo fuera de lo común,
lo que hizo que sus encargos tuvieran una calidad extraordinaria.
La tragedia de la
Guerra Civil también se introdujo en su familia, de claro talante progresista.
Su abuelo, Antonio María Ruiz de Quero, político ferviente defensor de la
Primera República, y su padre, fue militante del Partido Republicano Radical y
alcalde de Porcuna en 1931, tras la proclamación de la Segunda República.
Modesto marchó voluntario dentro de una columna de milicianos socialistas y
comunistas de Porcuna para defender Madrid. Lucharon en el frente del Jarama,
principalmente en las cercanías de Morata de Tajuña, donde morirían la mayoría
de los voluntarios porcuneros. Siguió la guerra en Madrid, Aragón y Cataluña en
las filas del Ejército de la República dónde alcanzaría la graduación de
teniente, pasando como refugiado a Francia donde estuvo junto a varios paisanos
en el Campo de Concentración de Saint-Cyprien. Durante el franquismo silenció
sus ideas políticas como tantos otros republicanos obligados forzosamente por la
“reconciliación nacional” de Franco tras la brutal represión, aunque estas ideas
permanecieron latentes y le inspiraron toda su vida, expresándose con
circunloquios para mantener la coherencia en tan difíciles momentos. Esto es así
hasta tal punto que muchos de los que le conocieron nada sabrían hasta el final
de estos episodios de su vida.
Los años inmediatos al
final de la guerra los pasó trabajando como topógrafo en una mina de wolframio
en Galicia, desde donde regresaría a Porcuna. Durante los años cuarenta
participó en la promoción de actividades culturales como la creación de una
Compañía de Teatro en la que participó activamente y, principalmente, en la
conservación del acervo cultural tradicional de Porcuna.
Como cristiano fervoroso fue
defensor a ultranza de la Semana Santa, muy mermada socialmente durante la
dictadura, siendo el abanderado de la Cofradía de la Virgen de la Soledad y
Santo Entierro de Cristo, conocida popularmente como “de la sangre azul”, siendo
nombrado Hermano Mayor de la misma en 1966. Sus ideas también fraguaron en esto,
eliminando los tintes elitistas, introduciendo un ambiente ético de profundo
humanismo cristiano y dando aliento a la fiesta, consiguiendo finalmente el
mantenimiento de una cofradía con una tradición de más de cuatrocientos años,
que sin él estaba abocada a la desaparición y que por su dedicación y la de las
personas que se fueron integrando con él, hoy día sigue formando parte de la
principal procesión de las fiestas de la Pasión de Cristo en Porcuna.
Sus inquietudes históricas y
patrimonialistas fraguaron desde mediados de los años cincuenta hasta la unión
de todas las personas que las compartían en la Asociación Amigos de Obulco
(1964). Junto con incondicionales como Antonio Barranco Cobo y Francisco Peña
Alcalá, unidos al comisario de policía e historiador Manuel Heredia Espinosa, el
fotógrafo César Cruz Ruiz, o el maestro y alcalde de Porcuna, Benito Garrido
Palacios, empezaron los trabajos para conseguir del Estado la declaración de
varios edificios porcuneros bajo la categoría de “Monumento Nacional” y la
creación de un Museo Arqueológico Local, reuniendo las piezas dispersas para
formar una primera colección.
En su afán de conocimiento se
diplomó en Ciencias Nobiliarias en el Instituto Salazar y Castro del C.S.I.C.,
participando en la elaboración definitiva del Escudo de Porcuna y realizando un
estudio genealógico de su familia en Porcuna hasta la Edad Media.
Por la política autoritaria de
finales del franquismo y por la falta de instalaciones en Porcuna no pudo evitar
que Juan Agustín González Navarrete, director del Museo Provincial de Jaén,
trasladara a esa institución las esculturas ibéricas de Cerrillo Blanco en 1975,
consiguiendo como contrapartida el respaldo final para la inauguración del Museo
Arqueológico Municipal “OBVLCO”.
La creación del Museo y la
recuperación de la Torre Nueva fueron uno de los frentes más duros de su lucha y
una de sus mayores victorias al conseguir tras treinta años de esfuerzos la
restauración del edificio (1959-1961), la propiedad municipal del mismo en un
largo pleito contra el Estado (1969-1971), la creación del Museo Arqueológico
Municipal “OBVLCO” (1977-1980) y finalmente la declaración de la torre como
Monumento Nacional (1982). Desde 1977 y hasta su muerte sería el director de
este museo.
La parte más dura e ingrata de
su actividad, pero la más encomiable, la constituyeron los cientos de
denuncias, contra vecinos y foráneos, que tuvo que elevar a las autoridades de
la época para frenar las destrucciones y expolios del Patrimonio, la gran
mayoría lamentablemente tuvieron solo carácter testimonial. Por éstas fue
nombrado en 1983, con carácter honorífico y sin remuneración alguna, Consejero
Local de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos. Asimismo serían
constantes sus relaciones con las Reales Academias de la Historia y de Bellas
Artes de San Fernando y posteriormente con la Consejería de Cultura de la Junta
de Andalucía, para defender a Porcuna. Siendo más feliz la faceta de colaborar
con las intervenciones arqueológicas que dentro del “Proyecto Porcuna de
Arqueología” se llevaron a cabo durante los años ochenta y principios de los
noventa del pasado siglo.
Otro de sus desvelos sociales,
en el que puso todas sus fuerzas, fue la creación de una residencia de ancianos,
para lo cual, junto a Manolita Garrido de Torres, Pablo Millán Ballesteros y el
alcalde socialista de Porcuna, Manuel Salas Gascón, crearon la “Asociación
Asistencial San Benito” como punto de partida del proyecto.
Para la sociedad en la que
nació y vivió fue una rara avis, un individuo cuya formación,
inteligencia y sentimientos elevaban más allá de los horizontes mentales del
común de sus conciudadanos, pero con una humildad y dignidad fuera de toda duda,
que, como en el mito de la caverna platónico, le hacían bajar al contacto con
toda clase de personas para intentar aportar lo mejor de sí en la construcción
conjunta y solidaria de su comunidad, en vez de encerrarse en una torre de
marfil como hicieron otros. Modesto quería cambiar el mundo, poco a poco, día a
día, y pese a todo, lo consiguió.
Por la defensa del Patrimonio
se granjeó la inquina y el odio de algunas personas que se sintieron ultrajadas
al ver peligrar proyectos e intereses privados ilícitos y la indiferencia de
muchas otras, lo que quizá le causaba mayor pesar. Tardíamente, el Ayuntamiento
de Porcuna le ofreció un reconocimiento personal, nombrándole Hijo Predilecto de
Porcuna, que sin embargo raras veces fue acompañado por un apoyo institucional a
sus adelantados proyectos.
Con su muerte el día 16 de abril de 1997, algunos creyeron felices
que su causa estaba finalmente fracasada, inconscientes de que no hay derrota
posible cuando se defienden la justicia, el trabajo y la dignidad humana. Su
guerra por la defensa del Patrimonio y sus ideas continúan renovadas y
reforzadas una década después.
La actitud de toda una existencia de conciencia, integridad y
honestidad te han otorgado un lugar de honor entre los hombres insignes de
Porcuna. Tu vida se ha convertido en todo un modelo para las generaciones que te
conocimos y para las que nos sobrevivirán a nosotros. Por todo esto, unidos a
los todos los ciudadanos de Porcuna, queremos rendir a tu memoria, orgullosos,
este sincero homenaje en agradecimiento a lo mucho que nos dejaste. Descansa
pues, amigo, compañero, ya que no sembraste en tierra baldía y tu trabajo y tus
ideas crecen fuertes como siempre crecieron las mieses en las feraces tierras
obulconenses. Libertas virorvm fortivm pectora acvit. Sit tibi terra levis.
ARQVIPO
(Grupo de Arqueólogos e Investigadores
de la Historia de Porcuna)
ADDENDA
A raíz de la publicación del Homenaje a Modesto Ruiz de Quero, su hermano
menor Vicente, nos remitió una carta con datos interesantes y que desconocíamos
sobre un periodo de la vida de nuestro paisano y su opinión al respecto:
“Tenemos [la
familia] algunos datos de la vida
de Modesto relacionada con la, lamentablemente nuestra Guerra Civil de 1.936 a
1.939, que no coincide alguno, y otros hay que matizarlos, con los que figuran
en la citada página. Sin duda que la o las fuentes de quienes los habéis
recibido os los dieron de buena fe e, igual que vosotros, creyéndolos ciertos.
Pero, a veces, las apariencias engañan al observador de los hechos y su
interpretación se hace erróneamente.
Deseamos, y es de justicia, que el recuerdo, la memoria de quién fue y qué hizo
Modesto se corresponda con la realidad de su vida. No queremos que aparezca como
un héroe para unos, y menos aún como lo contrario para otros. En un mundo en que
a las personas nos clasifican, nos dividen, separan y enfrentan las siglas y
partidos que, en general, lo que más tienen detrás y básicamente son intereses
propios, es necesario que los investigadores honrados como vosotros, os
esforcéis en conocer a fondo y exponer los acontecimientos y los actores tal y
como fueron. Modesto fue un hombre sencillo, amante de la Historia, de la
cultura y el conocimiento en general, que siempre orientó su actuación, en el
servicio militar obligatorio y ya en la guerra, hacia funciones de carácter
humanitario, como se ve en los datos que, resumidamente, os doy a continuación.
1-2-1.935- Ingresó en el Ejército, voluntario, para cumplir el servicio militar
obligatorio eligiendo plaza, Madrid, porque allí teníamos familia, y
Cuerpo, Sanidad Militar, porque sin duda veía la posibilidad de hacer
algo más útil por los demás. En este Cuerpo, estuvo como desinfector, en el
Parque Central de Desinfección y en un Destacamento del Parque de Desinfección
en Guadarrama hasta el 10-11-1.937, desinfectando instalaciones militares
y como sanitario cuidando enfermos y heridos ya en guerra.
10-11-1.937- Fue destinado a la Compañía de Asistencia y Recuperación del Primer
Centro de Instrucción de Sanidad Militar.
16-5-1.938- Es nombrado Teniente de Campaña del Cuerpo de Intendencia
(Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional nº 116 de 16-5-1.938). Desde
esa fecha, hasta su llegada a Francia con el Ejército en retirada, su misión
consistió en fabricar, hacer pan, con unos equipos de horneros, para los
soldados. Su grado de Teniente no fue por las acciones en combate, sino
por estudios, en la Escuela Popular de Guerra, y pudo elegir el Cuerpo de
Intendencia al ser uno de los que mejores notas obtuvieron en los exámenes.
1.939- En Francia, en un Campo de Refugiados Españoles: "Compagnie Travailleurs
Espagnols nº 11-114-Le Neubourg(Eure)", que más era un campo de concentración o
de trabajos forzosos. No tenemos constancia de que estuviese en el Campo de
Concentración de Saint-Cyprien, que se cita en "PAISANOS”, que supongo tendrá
datos fidedignos de que sí estuvo allí Modesto.
5-3-1.940- Modesto había solicitado la repatriación al Vicecónsul de España en
El Habre, Francisco L. Díez. En esa fecha le acusa recibo el Vicecónsul y le
cuenta de que ha transmitido su petición a las Autoridades francesas.
29-4-1.940- Ya en España, en el Campo de Concentración de Miranda de Ebro,
Batallón de Trabajadores nº_____ (en blanco).
14-4-1.941- En el “Disciplinario nº 81-Gobierno Militar de Guipúzcoa” concede
pasaporte a Modesto para que viaje a Porcuna por haber sido puesto en libertad.
16-4-1.941- Certificado de buena conducta del Comandante del Batallón
Disciplinario nº 81, indicando que procedía del Batallón nº 82, entre otros
detalles.
Modesto no "marchó voluntario dentro de una columna de milicianos
socialistas y comunistas de Porcuna para defender Madrid", como dice “PAISANOS”.
Esto ocurrió en fecha aún indeterminada entre el 2-9-1.936 y el 3-1-1.937
seguramente. Modesto, estaba en Porcuna, con permiso militar esperando
órdenes de Madrid que no llegaban y, junto a otro soldado amigo en parecida
situación, fue al Cuartel de la Guardia Civil en Porcuna para explicarles lo que
ocurría y les dijeron que se incorporasen inmediatamente a sus destinos.
Modesto, que conocía a un hijo de una señora de mote La Diabla, que formaba
parte de la "columna" o la acompañaba como escolta, que aprovechó el
transporte y se fue con los voluntarios hasta Villa del Río para tomar un
tren hacia Madrid, donde estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio
desde el 1-2-1.935.
En cuanto al republicanismo de Modesto fue un sentimiento, la idea más
bien, de que una II República pudiera ser una buena alternativa a la Monarquía
de su tiempo. Pero no debió ser un sentimiento muy ferviente, ya que no
estuvo afiliado a ningún partido político, y la forma de llegar la
República, la inestabilidad política, el desorden público, la violencia de los
movimientos revolucionarios, las luchas entre partidos incluso armadas dentro de
la zona republicana, que vinieron con ella, le defraudaron totalmente. Luego, el
23-F, le hizo ver, lo acertado de tener una Monarquía parlamentaria,
constitucional, tradicional hereditaria y un Rey, un jefe de Estado que no debe
su cargo a los partidos políticos vencedores de turno en periódicas elecciones,
sino a la voluntad permanente de los ciudadanos, lo que le dio al Rey la
autoridad moral, el poder constitucional y el apoyo de todos los partidos
políticos, amenazados de desaparecer, para anular el “golpe” sin provocar una
nueva guerra. ¿Hubiese podido hacer otro tanto un Jefe de Estado republicano de
izquierdas (o de derechas ante un “golpe” de izquierdas)?. A Modesto, y a
quienes no tuvieron ni tenemos filias ni fobias, ni ambiciones políticas, lo que
nos interesó e interesa, la libertad, la paz y la estabilidad, nos parece están
mejor garantizadas por el sistema actual. Intentar volver a la fórmula
republicana, fracasada por dos veces y que tanto dolor, sangre, destrucción,
retraso social, económico y político la acompañó, seria una descabellada
insensatez, en mi opinión.”
Aclaramos que nuestra intención no era la de crear ninguna polémica
partidista, ni de elevar a Modesto como “Héroe” de ninguna causa política
radical, simplemente hemos intentado caracterizar su pensamiento a través de los
datos que teníamos, el recuerdo de lo que él mismo nos decía, los documentos que
conocemos y la memoria oral de algunas personas que convivieron con él.
Por esto mismo hemos de agradecer los datos que aporta Vicente Ruiz de Quero en
su carta, ya que sirven para dar mayor luz a la historia de esta etapa de la
vida de Modesto, y ese fin, el conocimiento y divulgación de la verdad
histórica, es el que nos mueve a los historiadores.
En nuestro artículo caracterizamos a Modesto como cristiano, republicano y
humanista, que son a nuestro entender las tres ideas de base desde las que
desarrolló su visión del mundo y su actuación sobre él. Ahora bien, ese
“republicanismo” en Modesto hay que definirlo como su amor por los ideales
intelectuales y humanos que propugnaba la República (defendidos desde los
pensadores y artistas regeneracionistas de 1898, de 1927, el krausismo o la
Institución Libre de Enseñanza), en ningún caso creemos que Modesto defendiera
ni participara de los abusos de poder, ni de ninguna de las formas de violencia
que lamentablemente se produjeron en el convulso periodo histórico de la IIª
República y la Guerra Civil.
ARQVIPO
(Grupo de Arqueólogos e Investigadores
de la Historia de Porcuna) |
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