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El
relicario de San Benito
Por
Antonio Recuerda Burgos (Cronista oficial de la ciudad)
Es costumbre
centenaria en nuestra localidad que el día en que la Iglesia Universal
celebra la festividad de San Benito, 11 de julio, conocida en Porcuna desde
tiempo inmemorial como "San Benito de los segaores"se dé a besar la reliquia
de San Benito.
Algunos devotos afirman que en este día se adora la preciada reliquia, esta
expresión, aunque dicha con toda buena fe, no deja de ser errónea, pues el
cristiano sólo adora a Dios .
La Iglesia distingue tres formas de culto: el dirigido a Dios es la Latría
(adoración), el de los santos la Dulia (honor) y el de la Santísima Virgen
María la Hiperdulia (máximo honor).
El catecismo de la Iglesia Católica nos dice al respecto: "El honor
tributado a las imágenes (y reliquias) sagradas es una veneración
respetuosa, no una adoración, que sólo corresponde a Dios".
Debe decirse, por tanto, que veneramos a los santos y sus reliquias y no que
los adoramos.
La Iglesia autoriza la veneración a las imágenes o reliquias de los santos
pero en forma de culto relativo, es decir, no dirigido a ellas, sino a la
persona del Santo. La palabra reliquia quiere decir "resto", lo que deja una
persona santa después de su muerte. Las reliquias son un objeto o un
fragmento de un cuerpo asociado o proveniente de un santo. En la Edad Media
podían encontrarse relicarios (estuches para contener las reliquias) en
muchas iglesias y la gran mayoría de la población concedía a estas reliquias
un gran poder sobrenatural, organizándose peregrinaciones a ciertas iglesias
para tocar o simplemente mirar una determinada reliquia.
Este culto a las reliquias fue considerado dañino por algunos teólogos que
veían en él un acto de fetichismo, es decir que se adoraba al objeto mismo
porque se le atribuía divinidad. En diversas épocas hubo debates acerca del
sacrílego culto a las reliquias y la necesidad de extirpar del culto
católico la adoración de imágenes y objetos.
Sin embargo es lícito, y así lo considera la Iglesia, honrar las reliquias
de los santos, porque ellos fueron templos del Espíritu Santo y Dios los
honra obrando milagros por su intercesión, como se expresa tanto en el
Antiguo como en el Nuevo Testamento, de los que elegimos dos ejemplos:
"Eliseo murió y fue sepultado. Por entonces hacían incursión en al tierra,
un año y otro, las tropas de Moab y sucedió que mientras estaban sepultando
a un muerto, vieron de pronto venir una de estas tropas y arrojaron al
muerto en el sepulcro de Eliseo y se fueron y en cuanto el muerto llegó a
tocar los huesos de Eliseo, resucitó y se puso en pie" (2º Reyes 13, 20-21)
"Obraba Dios por mano de Pablo milagros extraordinarios, de suerte que hasta
los pañuelos y delantales que había tocado su cuerpo aplicados a los
enfermos hacían desaparecer de ellos las enfermedades y salir a los
espíritus malignos" (Hechos 19, 11-12)
En la iglesia de San Benito de Porcuna, dada la enorme importancia que su
priorato tenía dentro de la Orden de Calatrava, se conservaban un gran
número de reliquias procedentes de la Edad Media, que aparecen inventariadas
en las visitas efectuadas durante la Edad Moderna al priorato. Estaban
contenidas en una caja colocada bajo llave en el altar de San Benito, y
según la visita de 1535:
"Está en el altar principal un cofre tumbado de madera con unas cruces y
unos escudos de las armas del maestre de Luis de Guzmán de buena memoria el
cual hicimos abrir y se halló dentro lo siguiente.
Un atado cosido en un pedazo de tafetán colorado y cosido en él un rótulo
que dice era cabeza de una de las once mil vírgenes.
Dentro del dicho cofre estaba otro cofrecito pequeño de marfil prieto y
blanco con imaginería y con llave e hicimos abrir y estaba dentro lo que se
sigue.
Un atado con unos huesos pequeños con su rótulo que decía de santa Sofía.
Una espina envuelta en un papel con un título que decía que era del árbol
donde fueron cogidas las espinas con que se hizo la corona a IHS XPO
Un atado de tierra con un título que decía que era del pesebre do nació IHS
XPO.
Otro atado de tierra con un título que decía que era del monte Sinaí debajo
del sepulcro de Santa Catalina.
Otro atado de tierra con un título que decía era tierra donde Nuestra Señora
había derramado su leche.
Otro atado de tierra con un título que decía era de donde el buen IHU oró al
Padre.
Un atado con unos huesos pequeños y un título que decía eran de santo Mauro
y Largio y Marigno mártires que fueron por san Sebastián convertidos.
Otro atado con un hueso y un título que decía que era de Santa Florentina
reina de Hungría que fue martirizada con las once mil vírgenes.
Cierta tierra envuelta en un papel que decía era del Santo Sepulcro.
Dos cajitas redondas de hoja de Milán donde había otros ciertos atados de
tierra e huesos y un quijar de persona que estaban entre las otras reliquias
y tenidas por reliquias sin título alguno.
Un Agnus Dei de cera de los que da el papa.
Una redomita con un oleo e sin título.
Todas las cuales dichas reliquias se tornaron al dicho cofrecito el cual se
puso en el grande y se cerró con su llave y se puso en el altar donde se vio
como solía estar y quedó la llave en poder del dicho prior".
Desconocemos lo ocurrido con todas estas llamadas reliquias (no consta en
ninguna visita que existiesen documentos de su autenticidad), pero si
conocemos que en abril del año 1899 el obispo de Jaén, Victoriano Guisasola
y Menéndez (después cardenal de Toledo y primado de España, cuya hermana
estaba casada y residía en Porcuna) realizó visita pastoral a la localidad,
donando 1000 pesetas para las obras de la parroquia; pero a cambio se llevó
los cofres medievales y dos trípticos también medievales que se conservaban
en la iglesia de San Benito, sin que se sepa en la actualidad su paradero.
También conocemos por la visita de 1799 que en el convento de las dominicas
existían tres reliquias, una de Santo Domingo, otra de San Blas y la tercera
era nada menos que un Lignum crucis, es decir un trozo de madera de la Cruz
del Salvador.
Sin embargo, aunque la devoción a San Benito en nuestra localidad se remonta
cuando menos a los tiempos de su reconquista hace casi ochocientos años, la
existencia de su reliquia es más reciente concretamente de principios del
siglo XVIII, exactamente de 1719, fecha que lleva el documento que certifica
la autenticidad de la reliquia.
El relicario la contiene tiene forma de una pequeña custodia, realizada en
plata, de 23,5 centímetros de altura, en el ostensorio, de forma ovalada de
5 por 4,5 centímetros de ejes se encuentra el verdadero relicario que consta
un pequeño fragmento de hueso y un cartel con el nombre S. Benedictus, entre
dos cristales ovoides de aproximadamente 2 centímetros de diámetro. Su base
es una cajita paralelepípeda cuadrangular de 8 centímetros de lado y 2 de
altura que acoge en su interior un cajoncito en el que se hallaba el
documento acreditativo de la autenticidad de la reliquia.
El documento escrito en papel y en lengua latina se encuentra muy
deteriorado faltando fragmentos de él, algunos con contenido escrito, en el
se expresa textualmente que la sagrada reliquia es un hueso de San Benito
Abad que han sido puestos en un relicario de forma ovalada provisto de doble
cristal.
El relicario y el documento acreditativo debió quedar en la iglesia y casas
de San Benito tras la desamortización corriendo serio peligro por su
abandono, hasta que el padre Galera compró las casas del priorato y se hizo
cargo del culto, entonces halló los restos del documento hechos pedazos, los
adhirió sobre un nuevo papel y lo dobló introduciéndolos en otra carpetilla
hecha de papel en la que escribió "Estos papeles que según se advierte en
ellos son auténticos de San Benito, fueron entregados hechos pedazos al
padre Galera, quien en 19 de marzo del año 1854 los unió según se ve y
colocó en dicho día en el cajoncito de las reliquias de San Benito".
Este documento fue trascrito y traducido por el entonces párroco y actual
canónigo de la Santa Iglesia Catedral, reverendo señor don Antonio Aranda
Calvo en un trabajo que bajo el título "Apuntes sobre el Archivo Parroquial
de Porcuna" obtuvo el "Premio Obulco de Investigación Histórica" en 1994 y
posteriormente publicado en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses
nº CLIX de 1996, del que hemos tomado la transcripción y traducción que va a
continuación:
Documento de autentificación de las Reliquias de San Benito.
«ABRICIUS CIMINO, / Sac. Theolog. Doctor, dei et Apostolicae Sedis Gratia
Ecclesiae/ Uritanensis Epis. /
Universis et singulis presentes nostras inspecturis fidem faciamus indubiam,
atque testamur quantis / Nobis exhibitis quibusdam Sacris Reliquiis, eas ex
authenticis locis extractas, ac documentis authenticis / igiloqu.... munitas
recognovimus; ex quibus sequentem videlicet. «Sacram Reliquiam ++ / ex
Ossibus Sancti Benedicti Abbatis repositas in theca argenta / fierrng ovales
duplici cristallo munita et illo serico ligata» / coloris «rubri» colligata
nostroque in cera rubra hispanica impresso sigillo pro illius dentitate o
/......gnat reposuit ad maiorem Dei Gloriam, et veneratione / dono dedimus
et largiti.. imus / ...... ad effectum dictam Sacram Reliquiam penes se
retinendi, aliis donandi, extra Urbem nit /.......... in quacumque Ecclesia,
Oratorio, seu Capella publicae Fidelium veneratione exponendi. In quocunque
/........s presentes manu nostra subscriptas, nostroque firmatas sigillo
expediri mandavimus ............. Edibus nostris «VpiE die 20 mensis aprilis
1719 (ilegible)»
Gratis ubique «Alexander Moti Presbtrº»
Notas:
(1) Lo entrecomillado está escrito a mano con tinta. El resto a imprenta.
(2) En el lugar de los puntos suspensivos falta papel. Es un documento
compuesto y pegado en un soporte también de papel. A él iba unida esta
interesante inscripción:
« + Estos papeles que según se advierte a ellos son auténticas de Sor. San
Benito, fueron entregados hechos pedazos al P. Galera, quien en 19 de marzo
del año de 1854 los unió según se ve, y colocó en dicho día en el Cajoncito
de la Reliquias de San Benito».
(3) Se conserva en el Tesoro de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de
Porcuna.
Traducción del Documento:
«Abricio Cimino, Doctor en Sagrada Teología, por la Gracia de Dios y de la
Sede Apostólica, Obispo de Uritania. A todos y a cada uno que vean nuestras
letras damos fe y testificamos, que las Sagradas Reliquias presentadas a
Nos, sacadas de lugares auténticos y con documentos auténticos, reconocemos
como tales. Por lo que cual he aquí lo que sigue: "Que la Sagrada Reliquia
de los huesos de San Benito Abad puestos en un relicario de plata de forma
ovalada provista de un doble cristal y adornada con piedra, coligada"... de
color "rojo", impreso nuestro sello con cera roja para su identificación, se
puso para la mayor Gloria de Dios y lo dimos para la veneración... a tal
efecto la dicha Reliquia ha de ser tenida, ya sea dándose a otros, o sacada
de la Ciudad de Roma y en cualquier iglesia, oratorio o capilla públicos ha
de ser expuesta a la veneración de los fieles. Y en orden a lo cual, estas
letras suscritas con nuestra mano y selladas con nuestro sello mandamos
expedir... "El día 20 de mes de abril 1719"».
Por medio de la veneración del la reliquia de San Benito manifestamos la
profunda devoción que los habitantes de Porcuna le hemos profesado durante
siglos, agradecemos las múltiples gracias y favores que por su intersección
hemos alcanzado y le pedimos interceda en nuestras necesidades.
Entre otros privilegios que gozaba la iglesia de San Benito hay uno que nos
era desconocido hasta ahora y que encontramos en la visita de 1611.
Todos sabemos que la basílica de San Pedro del Vaticano es la sede del Papa
y la primera de la Iglesia Universal, sin embargo se ignora que la catedral
de Roma y la que corresponde al Papa como obispo de la ciudad es la de San
Juan de Letrán, que fue la primera iglesia de la cristiandad consagrada el 9
de noviembre del año 324 (lo que se conmemora actual y anualmente en la
liturgia del día 9 de noviembre), siendo la basílica primada y principal de
la Iglesia y residencia de los Papas desde el emperador Constantino hasta la
construcción de San Pedro y en ella se celebraron todas las grandes
ceremonias y cinco concilios ecuménicos.
Pues bien la iglesia de San Benito de Porcuna estaba "unida e incorporada" a
ella de lo que existían breves y privilegios papales, consiguiéndose en
Porcuna las mismas gracias e indulgencias que se conseguían en la de Letrán
en Roma, esto lo logró el prior don Francisco de Barrera y Rivera a finales
del siglo XVI y principios de XVII, (este prior además construyó la portada
actual de la iglesia y la capilla de la Soledad, a cuyos pies está
enterrado). Entre otros privilegios que tenía el altar de San Benito estaba
el de la indulgencia plenaria por cada misa que se dijese en él.
En la visita de 1611 se reflejan estos privilegios: " .......el dicho
licenciado Barreda a su costa y trayendo muchas indulgencias, de manera que
cada una misa que se diga en el dicho altar se saca un ánima del purgatorio
y con quier cosa que se rece se gana indulgencia plenaria y finalmente se
ganan en la dicha iglesia todas las gracias en indulgencia que se ganan en
la iglesia de San Juan de Letrán en Roma, porque a instancia del dicho
licenciado Barreda la dicha iglesia de señor san Benito está unida e
incorporada con la dicha iglesia de San Juan de Letrán de Roma que tiene
breves y privilegios ..."
Todo esto con el paso del tiempo ha ido cayendo en el olvido por lo que creo
que sería muy interesante indagar e intentar hacer las gestiones necesarias
para ver si estos privilegios tiene validez en la actualidad, lo que
redundaría en beneficio espiritual de todos los devotos de San Benito y de
nuestra comunidad cristiana.
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