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LA LUCHA DE LA CUIDADORA

A través de este papel quisiera reflejar el sentimiento y el esfuerzo de las personas que somos cuidadoras de personas mayores o enfermas.
Cuando nacemos tenemos a nuestros padres que son nuestros cuidadores, cuidadores que son inagotables, porque nos dedican infinidades de horas, incansables porque nunca se quejan de todo lo que sacrifican por nosotros, renuncian a muchas cosas porque nos tienen que cuidar.
Desde que estamos en su vientre ya le estamos robando un poco de su tranquilidad, cuando nacemos lo primero que hacen es darnos su pecho, para amamantarnos, cuántas noches en vela pasan nuestras madres, porque no dormimos bien, o porque estamos enfermos, o porque estamos nerviosos y no sabemos lo que queremos, cuántas horas, días y años se les va dedicados a nosotros y nunca protestan ni se quejan ni dicen que están agotados, ni que tienen estrés ni nos llevan a un centro por quitarnos del medio.
Cuantas veces cuando somos un poquito más grandes y le preguntamos las cosas muchas veces seguidas, nos la responden una y mil veces, pero no nos dicen "que barbaridad otra vez te lo voy a repetir".
A cuántas cosas renuncian por nosotros, a ellos también se les presentan ocasiones en las que podían disfrutar o ver cosas y cuando tenían algo planeado no podían hacerlo porque algún hijo o hija ese día que casualidad se ponía enfermo, y no podían ir a ningún sitio, pero no había una queja en ellos al revés, decían primero son ellos, tiempo tenemos de ir otro día, ellos eran nuestros cuidadores inagotables.
Pero llega la hora de ser nosotros los cuidadores, y llegan los problemas, las quejas ya nada nos viene bien, todo son reproches, ahora son ellos por sus muchos años, los que nos necesitan y los que nos preguntan muchas veces las cosas, y de que nos preguntan más de tres veces por lo misma cosa decimos qué barbaridad otra vez te lo voy a decir, es que no lo sabes, y no nos damos cuenta que en realidad no se acuerdan que ahora son ellos los niños que éramos nosotros, pero con un dolor más grande porque a veces no saben ni quien son ellos, ni quienes somos nosotros a consecuencia de esa maldita enfermedad llamada alzheimer.
Y aunque es doloroso ver como esa persona que ha sido toda su vida una luchadora, que ha batallado por darnos una vida confortable, llega el momento que no sabe quien es, no sabemos a veces estar a la altura de las circunstancias. En vez de hablarles pausadamente, nos mostramos despegados y distantes, en una palabra, como si nos estorbasen. Porque ya no tenemos esa libertad para entrar y salir porque ahora son ellos los que dependen de nosotros, porque ahora son ellos los que nos estropean los planes que tenemos, los que se enferman y a los que tienes que alimentar.
Pero ahora ya estamos cansados, tenemos ansiedad, y decimos lo que me ha caído encima yo no puedo con esto. Hasta que en algunas ocasiones los llevamos a las residencias, para estar en una palabra libres de ataduras y poder hacer lo que queramos sin ninguna responsabilidad.
Yo no tengo nada en contra de las residencias, y cada una es libre de hacer lo que quiera o cada una sabe lo que pasa en su casa.
Pero cuando las personas mayores llegan a cierta edad, también necesitan que les demostremos todo el amor que ellos nos demostraron a nosotros cuando éramos pequeños sin exigirnos nada a cambio.
Sé que la vida de un cuidador es dura, porque los mayores a veces se vuelven egoístas, exigentes, y no te valoran lo que haces, de vez en cuando necesitas no que te lo agradezcan simplemente una sonrisa, pero que le vamos hacer son así, como cuando éramos pequeños si no te daban lo que querías nos enrabietábamos y eso les pasa a ellos. A veces sientes impotencia ante la situación pero hay que luchar y darles todo lo mejor.
Cuidadora es el sacrificio y impotencia a veces ante la situaciones que se te presentan, pero ante todo es la SATISFACCIÓN DE CUANDO SE TE VA DE HABERLE DADO TODO LO HUMANAMENTE POSIBLE QUE HAY EN TI, PORQUE TAMBIÉN HAS RECIBIDO TODO Y MÁS DE ELLOS.
 

Autora: Manoli Salas Toribio.

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Actualizada el domingo, 17 de marzo de 2013