ELABORACIÓN
En primer lugar picamos la cebolla, pelamos los ajos y
los cortamos en rodajas, limpiamos la sepia y la cortamos en trozos
gordos. Una vez que tenemos todo esto preparado, nos ponemos manos a la
obra.
En una cacerola mareamos un poco la cebolla con un chorreón generoso de
aceita de oliva y, una vez dorada, le añadimos la sepia, los ajos, las
dos guindillas y sal al gusto. (Yo le pongo bastante sal porque la sepia
es sosa, pero para no pasarse, le podemos poner una poca y al final
rectificamos). Vamos moviendo todo esto con una paleta de palo para no
romper mucho los trozos de sepia, y observaremos que la sepia va
soltando jugo y va tomando consistencia. Pues bien, cuando ese jugo vaya
perdiéndose, será el momento de añadirle un vaso mediano de vino, y
dejaremos que siga hirviendo a fuego fuerte hasta que el vino reduzca
casi por completo. En este momento añadimos las dos cucharaditas de
pimentón de La Vera, y reducimos el fuego para que no se arrebate el
pimentón. Removemos hasta que todo tome el color del pimentón y lo
apartamos del fuego.
Para servirlo buscamos las guindillas, si no se han roto, y las
quitamos. Sacamos todo en una fuente, lo esparcimos de modo que no quede
amontonado y le ponemos por encima un chorreón abundante de aceite de
oliva y listo para comer. Se puede comer frío o caliente.
Comentario: Os preguntareis algunos donde esta el punto de ahumado. Pues
os lo cuento: El punto se lo da el pimentón de La Vera, que a diferencia
del que se hace en Murcia o en Almería, los pimientos de los que se saca
, no son secados al sol, sino a la lumbre, de modo que toma el sabor del
humo y la madera.
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