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Ntra. Sra. la Virgen de Alharilla
PATRONA DE PORCUNA
Esbozo para la historia
por Antonio Recuerda Burgos (Cronista oficial de la
ciudad)
Capítulo VIII: Siglo XX
Al iniciarse el siglo XX nuestra cofradía y celebraciones aparecen con las características que aún perduran en nuestros días, aunque algunas, por imperativo de los tiempos, han ido desapareciendo mientras otras nuevas han venido a imponerse.
El ciclo dedicado a Nuestra Patrona comenzaba en 25 de marzo fiesta de Nuestra Señora de la Encarnación, advocación que es la titular de Alharilla. Muy de mañana organizábanse grupos de romeros para hacer el recorrido a pie hasta la ermita, mientras otros lo hacían en toda clase de caballerías. Llegados tenía lugar la celebración eucarística oficiada por el párroco y el capellán o capellanes de que entonces disponía la ermita. Heredia Espinosa en su Historia de Porcuna cita como últimos capellanes de Alharilla, todos anteriores a la Guerra Civil, a don José María Ruiz Linde, conocido como el "cura Pepe", fallecido en 1909, a don Manuel Casado Salas, fallecido en 1933, y a don Miguel Juárez Villa, que después de la guerra ejerció su ministerio en Linares y Jaén. Terminados los actos religiosos el día era aprovechado por muchos de los romeros para pasar una alegre jornada de campo, gozando de la incipiente primavera.
El mes de abril transcurría con los preparativos para el gran día de la romería, se iban sacando y poniendo a punto los antiquísimos aparejos, verdaderas obras de arte de la albardonería, que se transmitían como un preciado bien de padres a hijos, símbolo de una tradición centenaria que ha cedido paso, por un modernismo mal entendido, a la silla vaquera tan alejada de nuestra idiosincrasia. Todos los años la cofradía tenía por costumbre rifar, con el fin de obtener fondos para la fiesta, dos magníficos aparejos obra artesanal de los albardoneros locales, que tanta fama tuvieron en toda la comarca. También, a la vez, se volvía a barnizar la señorial jamuga, trono de la mujer romera que con distinción y señorío acudía ante su Virgen de Alharilla. ¡ Qué grata impresión recibimos este año de 1997, y como gozamos, cuando vimos casi una decena de distinguidas romeras arjonilleras acudir a Alharilla en sus clásicas jamugas sobre bordados aparejos, fue la nota colorista, tradicional y entrañable de la romería, se ve que Arjonilla es un pueblo amante de las tradiciones que no se deja avasallar por modas foráneas de la Baja Andalucía!
La llegada de la fiesta era anunciada por el tamborilero, que aún conocimos en la década de los cincuenta en la persona de un hombre ya sexagenario, alto y enjuto, seguramente ""El Contrabandista" o "El Titi", que el sábado anterior a la romería recorría las calles al son de tambor mientras los vecinos salían a sus puertas y la chiquillería le seguía gozosa por el anuncio de la celebración del día siguiente. Nuevamente Heredia Espinosa nos da los nombres de los tamborileros anteriores a la Guerra, la Tata y el Cojo de la Cruz Blanca y nos cita a la Serafina como el lanzador de cohetes más famoso de cuantos acompañaban al tamborilero.
Por fin el gozoso día de la fiesta, la cofradía iniciaba su recorrido por las calles de la población, abría paso el tamborilero, (independientemente de que acompañase también la banda de música), y después las tres banderas, portada la del centro por el mayordomo y sus lados las otras dos llevadas por los mayordomos de los dos años anteriores, tras ellos la mayordoma en elegante jamuga con el banderín insignia de su mayordomía, y después los acompañantes a caballo en mulo o burra con aparejos y jamugas y cerrando carros, de tracción animal, engalanados y ocupados por familias enteras y útiles para pasar el día en el Llano.
A su llegada al Llano, como nos describe Ruiz Linde en su crónica del año 1898, se producía el encuentro de las cofradías en el Humilladero con el cruce de banderas y estandartes. En estas fechas acudían a la romería las cofradías de Arjona, Arjonilla, Lopera, Escañuela y Villardompardo y tras el saludo cada cofradía se dirigía a su casa o lugar designado, y las caballerías eran atadas en los patios de la ermita y santería, donde existían anillas en la pared, hoy día aún pueden verse algunas, para que cada cofrade dejase su cabalgadura. Tras la primera visita a la Virgen se acudía a proveerse de los estadales, símbolo y recuerdo de la romería, que en la mayoría de los casos eran regalados por los hombres a sus acompañantes femeninos, y traídos a la población como obsequio para aquellas personas que no habían podido desplazarse al Santuario. No era raro ver algunos años a personas que en virtud de una manda, hecha en caso de grave peligro de muerte y vencida ésta, acudían al santuario vestidos con la denominada "mortaja" y una vez llegados y despojados de la vestidura, era colocada en la pared de la iglesia, junto con otros exvotos, las cuales aún permanecían en el templo en la década de los cincuenta. El capellán de cada cofradía oficiaba la misa correspondiente, siguiendo el orden de antigüedad y finalizando con la de Porcuna. Hasta la llegada de la hora de la procesión los romeros celebraban el almuerzo campero a la vez que se entretenían en diversas actividades que nuevamente Heredia Espinosa nos da a conocer, tales como carreras de caballerías, prohibidas en más de una ocasión por el peligro que suponían para los romeros; "echar el garrote", entre los hombres, con apuestas en dinero y en especie; "jugar al correndero", entre las mujeres; unos y otros bailaban el fandango de Jaén y el público en general se divertía con los concursos de bandas de música en el que competían las llegadas con las cofradías.
Un acto hoy perdido, y con el que la cofradía obtenía fondos para su mantenimiento era, según el mismo autor, las subasta de los puestos en las andas para portar a la Virgen en la procesión, como se viene haciendo en la actualidad en otras romerías de la provincia.
Era norma que el Ayuntamiento colaborase con su presencia y ayuda económica en la romería, en este sentido sirva como ejemplo lo contenido en el acta del Pleno Municipal del día 26 de abril de 1911, en que se acordó por unanimidad: "1º.- Que se abonen cien pesetas a la cofradía de Nuestra Señora de Alharilla para contribuir a la fiesta que ha de tener lugar el segundo domingo del mes de mayo próximo. 2º.- Autorizar al Sr. Alcalde para que disponga la celebración de los festejos de costumbre con motivo de la romería de Nuestra Señora de Alharilla y feria que ha de tener lugar en esos días, o sea alumbrado de la Plaza de la Constitución, calle Carrera, y paseo de Jesús durante los tres días de feria; conducir al llano de Alharilla la tienda de campaña y traslado del Ayuntamiento, Juzgado y Médico a dicho llano".
La caída de la tarde marcaba el comienzo de la procesión formando todas las cofradías según su antigüedad con sus tamborileros y bandas de música, recorriendo según es tradicional el camino de ida y vuelta que va de la ermita al Humilladero y pasando por la calle que forman los edificios de la aldea.
Al volver a la población, la cofradía volvía a reunirse para desfilar por su recorrido tradicional, que englobaba, además del que se hace en la actualidad, las calles Sardina y Palma. Una vez finalizado, en el lateral del paseo que va de la Casa de Piedra a la Redonda tenían lugar apuestas y carreras de caballos, que tuvieron vigencia hasta la década de los sesenta, cuya supresión creemos correcta, pues se daban casos en que por exceso de bebida se ponía en peligro la integridad de las personas y animales.
La novena, que comenzaba el miércoles siguiente una vez acabada la feria, suponía un nuevo encuentro diario con la Virgen. Siendo de especial significado el llamado domingo de novena, en que nuevamente se atalajaban los animales para acudir a la ermita, costumbre que acabó por trasladarse al instituirse el Día de las Flores.
El día del Corpus Christi tenía lugar la elección del nuevo mayordomo, acto que tradicionalmente se celebraba en la ermita y hospital que la cofradía de Alharilla mantuvo en la calle Real hasta la desamortización, y que hasta 1920, en que fue vendido, se conocía como el hospitalico de San Antón. Al dejar de tener culto esta capilla, el acto de elección pasó a celebrase, hasta el año 1935 en la iglesia de San Juan Bautista.
En algunas ocasiones la Virgen visitaba la localidad casi siempre con ocasión de rogativas, como ya quedó apuntado en otro capítulo, o de misiones, como las celebradas a finales del siglo pasado y primera década del presente por el padre Tarín, y todavía se recuerda la última vez que la antigua y desaparecida imagen visitó el pueblo en el año 1935 con motivo de la celebración del veinticinco aniversario de la inauguración del templo parroquial, siendo recibida en la Cruz Blanca por San Benito y pasando después a recoger a Nuestro Padre Jesús, con lo que quedó organizada una magna procesión que recorrió casi todas las calles de la población, dicen los que la recuerdan, que no quedó ni una sola calle por la que no pasase o se asomase al cruzar por su esquina.
En los años anteriores y posteriores a la Guerra Civil, de 1924 a 1956, años de dificultades y sufrimientos, ocupó la presidencia José Herrador que con enorme tesón y devoción, casi en solitario, mantuvo la cofradía, superando las grandes pruebas a las que se vio sometido.
La Guerra Civil con la furia anticlerical e iconoclasta, propia más de la falta de formación cultural y de la manipulación de un pueblo que de los verdaderos sentimientos, supuso un duro golpe para la devoción. La imagen, a pesar de que destacados miembros locales del Frente Popular intentaron salvarla escondiéndola bajo un montón de habas en la iglesia de San Juan de Dios, no pudo sobrevivir a la furia de personas ajenas a la localidad y acabó siendo pasto de las llamas. La ermita permaneció casi toda la contienda entre los dos frentes, en zona de incursiones de uno y otro bando, por lo que sufrió importantes desperfectos.
Aún en plena campaña, tras la toma de Porcuna el primero de enero de 1937, un hijo de Porcuna, Rafael Ruiz Herrera, se adelantó a todos, entrando en contacto con los talleres granadinos Hijos de Navas Parejo, que basándose en fotografías tallaron la imagen de la Virgen, que aún conserva este señor en su domicilio de Córdoba, y la Niño Jesús, por un precio de 400 pesetas; pero al ser remitida a Córdoba se pudo comprobar que la talla de la Virgen era pequeña para los mantos, coronas, resplandores, etc. de la imagen primitiva. Ante ello Rafael entró en contacto con el imaginero valenciano residente en Córdoba Amadeo Ruiz Olmos, que con los enseres anteriores labró la imagen que hoy existe en Alharilla, siendo el Niño Jesús, que porta en su regazo, el primitivo de los hijos de Navas Parejo. Las 600 pesetas que importó la segunda imagen fueron recaudadas por suscripción popular, que inició el Ayuntamiento con 300 pesetas. Realizada la imagen por Ruiz Olmos, el pintor cordobés Rafael Díaz Peno procedió a su estofado y policromado, dándose el caso de que por la penuria de la guerra no se encontraban ojos para las imágenes y se compró una muñeca para colocarle los ojos provisionalmente hasta que acabó la contienda.
La imagen fue colocada en el domicilio de Rafael en Córdoba, habitación número 7 del Hotel Cervantes, donde fue vestida con el ajuar y enseres de la anterior. Al no disponer nada más que de un manto bordado, un amigo de Rafael ofreció el traje de novia de su esposa, con el que las familias Martos y Morente confeccionaron el ajuar de la Virgen en el cortijo de San Pantaleón.
En el mes de agosto de 1938 se dispuso el traslado de la imagen a Porcuna, realizándose en un camión propiedad de don Alberto Barrionuevo Casado, conducido por Manuel Milla Bueno. La llegada de la Virgen constituyó una gran manifestación de fervor popular, procediendo el párroco en funciones don Manuel Burgos Corpas a su bendición y acto seguido procesionó por las calles de la población escoltada por los soldados de la guarnición. Después fue depositada en la capilla de la Sagrada Familia de la iglesia parroquial, por encontrarse la ermita en zona intermedia entre los dos frentes.
Al año siguiente, 1939, finalizada la guerra y el primero en que con la nueva imagen se celebraba la romería, la Virgen fue portada en hombros hasta la aldea de Alharilla y de la misma forma volvió al pueblo al finalizar ésta, por encontrarse la ermita en estado ruinoso. Este mismo viaje se repitió en 1940 pero esta vez la Virgen viajó en carreta de bueyes artísticamente adornada, quedando ya instalada definitivamente en su ermita en mayo de 1941, una vez realizadas las obras de reparación. Entonces surgió la necesidad de dotar a la ermita de los elementos necesarios para su decoro y culto, y nuevamente Rafael Ruiz confecciona una relación de ellos, que hemos podido ver pues aún la conserva, y fue asignándolos a los porcunenses residentes en Córdoba y otras localidades para su donación, según sus posibilidades, con lo que la ermita fue dotada de todo lo necesario.
No acabaron con esto las dificultades para la cofradía, la primera autoridad eclesiástica local movida por un erróneo celo, quiso controlar férreamente las cofradías, ello dio lugar a su decaimiento y de la de Alharilla en particular, ya que los cofrades se convirtieron en meros figurantes alejados de toda decisión e iniciativa.
Ante la grave crisis y la práctica inexistencia de cofrades la citada autoridad concibió la idea, a principios de la década de los cincuenta, de hacer cofrade a todos los vecinos que por poseer más medios económicos celebraban su boda con banquete de amonestación y ceremonia de primera categoría con entrada por la puerta principal y celebración en el altar mayor, a diferencia de los demás que entraban por una puerta lateral y celebraban la boda en un altar secundario. Como algunos de los cofrades forzosos se resistieran a serlo y a pagar la cuota anual, se impuso que la elección del mayordomo sería entre los que no pagaban, los cuales al ser elegidos aceptaban el cargo en la conciencia de "no hacer un feo a la Virgen". Con ello llegamos a 1956 en que el designado forzoso se negó rotundamente a serlo, a pesar de las presiones, tanto familiares como de toda índole a las que se vio sometido. Llegado el día de la fiesta y ante el caso insólito de no existir mayordomo para presidir la cofradía, José Herrador Casado, que conservaba el título de presidente, aunque por lo antedicho carecía de toda potestad, asumió el cargo de mayordomo acompañado de su nieta María Josefa Vallejo Herrador.
La reacción que suscitó el acontecimiento no se hizo esperar y un grupo de vecinos encabezados por Rafael de Torres y Torres, procedieron a reorganizar la cofradía con cierta autonomía, comenzando así una nueva etapa en la que el culto y devoción a la Virgen de Alharilla se ha visto enormemente potenciado, gracias al citado que fue el primer presidente de los tiempos modernos y a sus sucesores, Juan Pérez Bermúdez y Juan Cobo Ruiz de Adana con la inestimable ayuda de las Juntas de Gobierno que se bajo sus presidencias se han ido sucediendo.
El año de 1957 fue elegido presidente el citado Rafael de Torres y Torres y la nueva Junta de Gobierno tomó el acuerdo de suprimir el sorteo obligatorio para la elección de hermano mayor, pues el temor a ser elegido mayordomo daba lugar que muchos devotos no se inscribieran como hermanos, a causa de los gastos y molestias que tal cargo supone, desde este momento se dispone que el honor de ser mayordomo será por propia voluntad, en caso de ser varios los que aspiren al cargo se procederá a sortearlo entre ellos y en caso de que algún año no haya ningún voluntario, el presidente de la cofradía ostentara al presidencia de los actos romeros. Lo acertado de la medida queda bien patente, en el año 1957 el propio presidente dando ejemplo de ello fue el mayordomo y transcurridos cuarenta años, en todos ha habido voluntarios para mayordomo, a la vez que el número de cofrades ha aumentado hasta dos millares.
Por estas fechas se institucionalizó el llamado "Día de las Flores". Desde algunos años antes, en la mañana del viernes día siguiente a la finalización de la novena, un grupo de personas dirigidas por Carmen Morente Vallejos, conocida como "Carmen la tuerta", que vivía en la calle Gitanos número 5, hoy 11, acudía al Santuario para poner broche final a los actos con lo que denominaron "ofrecer las flores". Ante el auge que tal acto iba alcanzando y el aumento de las personas que peregrinaban la cofradía propuso que se celebrase una función eucarística y años más tarde deseando las mujeres tener en pro de la Virgen, el protagonismo que el segundo domingo de mayo tienen los hombres, concertaron con autorización eclesiástica y de la Cofradía sacar en procesión a la Virgen sin que intervenga ese día ningún hombre.
El año 1959 el hermano mayor José María de Damas y Hernández organizó un certamen literario en el que participaron las mejores plumas de la provincia, los temas giraron en torno a la historia de Porcuna y la devoción a la Santísima Virgen, intervinieron historiadores, cronistas y poetas y los trabajos, que conservamos, son de gran calidad, tanto literaria como histórica.
La labor desarrollada de 1957 a 1975 bajo la presidencia de Rafael de Torres Torres es digna de toda alabanza, pues supuso una potenciación de la Romería y del culto a la Virgen, se dio el máximo esplendor al desfile de la Cofradía, instituyendo premios para los participante, caballistas, amazonas, parejas, jamugas, carrozas, etc., se realizaron obras en los edificios de la iglesia, santería y casa de la cofradía, convirtiendo los corrales de la misma en un salón descubierto para convivencia de los cofrades el sábado y domingo de la romería, se adecentó el llano con plantación de árboles, instalación de ruedas molino como mesas y trazado en colaboración con el Ayuntamiento de una calzada a través del llano uniendo la carretera con la ermita, se consiguió que desde 1967, poniendo en practica una idea del Ramón Garrido, el sábado víspera de la fiesta se celebrase una salve y convivencia en el santuario, con quema de fuegos artificiales y otros festejos; a partir de 1971 se confecciona anualmente un programa de festejos con inclusión de artículos históricos, costumbristas, marianos, poéticos, etc, sirviendo también como nexo de unión entre la Cofradía y los cofrades al informar de todas las actividades y proyectos de la Junta de Gobierno.
Coincidiendo con el último año de su mandato la Virgen visitó el pueblo del 24 de mayo al 2 de junio, a petición de muchas personas que por enfermedad u otras causas no podían desplazarse a su ermita y dado que hacía casi veinticinco años que la Virgen no visitaba Porcuna. Los actos fueron apoteósicos y el vecindario se volcó totalmente en ellos, saliendo a recibirla y a despedirla hasta la Cruz Blanca, mientras que numerosos devotos la trajeron y llevaron en hombros desde y hasta Alharilla o la acompañaron a pie.
De 1976 a 1995 ocupó la presidencia Juan Pérez Bermúdez, continuando la obra de su antecesor y acrecentándola desde el primer momento con nuevas medidas. Entre ellas fue la primera el traslado del "Día de la Flores" a domingo, porque anteriormente al ser en viernes, día laborable, no podían asistir los que estaban ocupados en sus trabajos. Se propició el paseo de caballos en la tarde del sábado. Por primera vez se procedió a editar una lámina fotográfica en color en gran tamaño para que todos los devotos pudiesen tenerla en un lugar destacado de sus hogares. Desde el primer momento hubo que concentrar todos esfuerzos en la reparación de la iglesia pues se pudo apreciar que se deterioraba a pasos agigantados, las obras duraron varios años durante los cuales fue necesario trasladar la Virgen a la parroquia, se reforzaron los muros del templo, se derribó el camarín y se prolongó la iglesia hacia el este ampliando el presbiterio y dejando lugar para la construcción de un nuevo camarín, se edifico de nuevo el tejado y bóvedas, los edificios antiguos de los santeros y capellán fueron derribados por su ruinoso estado y sobre ellos construido un gran salón para los actos de la cofradía, se cerró con verjas de hierro el patio de la ermita y se adecentó y adornó todo el santuario. Por fin en 1981 la Virgen pudo regresar definitivamente a su restaurada ermita, el importe de las obras, que nada más que en el edificio de la ermita pasaron de los diez millones de pesetas fue sufragado con los donativos de los devotos y vecinos de Porcuna.
A partir de 1981 comenzó a editarse el cartel anunciador de la romería y en el año siguiente dos nuevos actos se incorporaron al programa anual, el primero es el denominado "Entrega de banderas", el 25 de marzo aprovechando la festividad de Nuestra Señora de la Encarnación, titular de Alharilla, y la función religiosa que tiene lugar, el mayordomo saliente entrega los atributos de su cargo al nuevo, que así entra en posesión de su mayordomía y el segundo es la iniciación del pregón anual, canto de amor a nuestra Patrona, que se celebra el viernes anterior a su fiesta, el primer pregonero fue Manuel Ruiz de Adana Castro.
El año 1983 sucedió uno de los dos hechos ocurridos durante el mandato de este presidente, debidos a fuerza mayor y que no dudamos de calificar de insólitos. Fue éste el traslado, por primera vez que sepamos, de la fiesta del segundo domingo de mayo al tercero, por haberse convoyado para ese día 8 de mayo elecciones municipales. El otro hecho que calificamos de insólito fue la celebración de la Romería del año 1990 sin caballos ni otros animales, debido a la epidemia de peste equina que asolaba nuestro país, por tanto todo el recorrido de la cofradía se realizó a pie y el pueblo, con las autoridades a su frente, se volcó acompañando a los hermanos mayores y cofradía.
En el año 1987-8 se procedió a la erección del nuevo retablo, realizado en ladrillo y azulejo arjonillero y piedra, situando tras él el camarín de la Virgen que se dispone de forma que los devotos puedan pasar por él y subir hasta la Virgen.
Durante estos años han nacido varias grupos: "Peña el Caballo", "Los Romeros de Alharilla", que además del fomento de la afición por los caballos, dan realce a la Romería con su presencia elaborando actividades en pro de la Virgen; del mismo modo han surgido coros romeros, "Coro de la Hermandad", "La alegría del Llano", "Camino de Alharilla", cuya labor fundamental es alabar con sus canciones a la Virgen de Alharilla; otra organización surgida a mediados de los años noventa ha sido la "Hermandad de Caminantes", que engloba a todas las personas que desean acompañar a la Cofradía haciendo el recorrido del pueblo al santuario a pie, y que en 1995 patrocinó, la ya consolidada ofrenda de flores a la Virgen que se celebra el jueves anterior en la Plaza de Andalucía con intervención de diversos coros romeros, así mismo fue el iniciador de la marcha a la ermita en la tarde noche del día 14 de agosto, para saludar a la Virgen con motivo de la fiesta de su Asunción.
Durante los años que van de 1957 a 1991 se encargó del cuidado de la ermita, cera, preparación de misas, novenas, etc. Juan Pulido Orozco desarrollando una gran y meritoria labor digna de toda alabanza, colaboraron con él, encargándose de las llaves de la ermita y de su apertura la familia de Molina, después la de Julián y por último la de Eligio y María, que aún tienen las llaves a disposición de los visitantes.
Con la confección en 1995 de los nuevos estatutos según las directrices emanadas del obispado y su aprobación por el señor Obispo comenzó una nueva etapa de la Cofradía, siendo elegido presidente Juan Cobo Ruiz de Adana, que ha continuado la obra de sus sucesores y puesto en práctica nuevas ideas en pro del culto y devoción a la Santísima Virgen.
En primer lugar se ha oficializado la salida de la Cofradía el "Día de las Flores", que desde 1996 lo hace con banderas y estandarte, desde la casa de los hermanos mayores. También desde el mismo año se ha dado mayor realce a la marcha que celebraba el 14 de agosto la "Hermandad de Caminantes", convirtiéndola en la denominada "Romería de Agosto", a fin de que puedan participar el ella cuantos hijos de Porcuna y devotos no pueden hacerlo en mayo por razón de residencia. Los actos tienen lugar en la tarde del día 14 con salida de la Cofradía con banderas y estandarte, acompañamiento de caballistas y caminantes, etc., a su llegada a la ermita se canta la Salve al Virgen, continuando con una velada amenizada por los coros romeros y quema de fuegos artificiales y finalizando el día 15 con una solemne función religiosa.
En estos dos últimos años han tenido lugar una serie de actos que es digno de relatar, como la entrega a la Virgen del fajín de general por don Francisco Alcalá Ramos, general de la Guardia Civil y hermano mayor honorario de la Cofradía desde 1973; la entrega de unas nuevas andas procesionales donadas por don Rafael Ruiz Herrera, la erección de un monumento en el Llano con la imagen de la Virgen realizado y donado por el hermano mayor de 1997 don Francisco Miguel Aguilera Casado y por último el reconocimiento a don Rafael Ruiz Herrera de su dedicación a la Virgen y colaboración con la Cofradía, concediéndole el título del Hermano Honorario. Asimismo es de destacar la medida tomada para que la ermita permanezca abierta la tarde de los sábados, los domingos y días festivos.
Tres proyectos entusiasman a la Junta de Gobierno y en ellos cifran todas sus aspiraciones, el primero es la celebración del setecientos cincuenta aniversario de la presencia de María Santísima de Alharilla en el pueblo de Porcuna, el segundo el lograr la coronación canónica de la imagen y el tercero la adquisición de una casa en el núcleo urbano para sede de la Cofradía.