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FIESTAS Y TRADICIONES
Tuvo Porcuna en otros tiempos un amplio ciclo festivo con el que se celebran las fechas
señaladas del santoral y del que aún perduran las
que están dedicadas a los patronos:
la Virgen de
Alharilla, en cuyo honor se celebra una romería el segundo domingo de mayo y las fiestas y
Feria Real en honor a San Benito, las cuales tienen lugar del 4 al 6 de septiembre.
Según cuentan viejas leyendas que el acervo popular ha conservado de generación en generación, una imagen de la Virgen se apareció en la aldea que los árabes llamaron
Alhara, situada a unos cuatro kilómetros de Porcuna, edificándose
allí una ermita y celebrándose en su entorno una afamada romería desde las postrimerías del siglo
XV, tal vez los comienzos del XVI, la cual se llevaba a cabo en sus orígenes el 25 de marzo, y a la que es costumbre muy arraigada que asistan los vecinos de la comarca, contando por ello su hermandad con cofradía
filiales en las localidades de Arjona, Arjonilla, Escañuela y Lopera.
Cuentan las crónicas legendarias que la Feria Real de Porcuna tiene
su origen en un milagro. Un 4 de septiembre de 1749 se cernió sobre la
ciudad una terrible tormenta, con abundante aparato eléctrico que amenazaba
la destrucción del pueblo. Un grupo de personas buscó refugio y
protección en la iglesia de San Benito y la Soledad. Los feligreses
imploraron la protección de las imágenes. Esas crónicas aseguran que, en
un momento dado, las imágenes se esfumaron de la vista de los presentes
para volver a aparecer algo más tarde con los pies manchados de barro. La
tormenta cesó al instante. Grande es desde entonces la devoción que se le tiene al Patrón,
San Benito, no siendo menor el esplendor con el que se celebran sus fiestas.
Pero lo cierto es que la Feria Real marca el principio y el final del año
agrícola. Septiembre es el mes por antonomasia de las fiestas que marcan el
fin del año agrícola. Un ciclo que acaba y otro nuevo que comienza. La
tierra se prepara para la sementera. En la vid es el mes de la vendimia y,
en el olivar, las aceitunas toman cuerpo. Porcuna, al igual que otros
muchos pueblos de la provincia, celebra sus fiestas y feria vinculada, desde
antiguo a su sistema económico. Aparte de lo que tienen de festivo o
religioso, dar la campaña agrícola por finalizada significa que las gentes
disponen del poder adquisitivo correspondiente a su trabajo o a sus
salarios. El origen de la feria es el trueque y el mercadeo. Con los
bolsillos boyantes la feria de septiembre era idónea para comprar un cerdo,
un cordero o una cabra. También para adquirir bestias de tiro, carga o
monta con las que afrontar la siguiente campaña. De ahí la feria de ganado
que tradicionalmente se ha celebrado en nuestro pueblo desde tiempo atrás.
Gran unción inspira y ha inspirado la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que al ofrecer la particularidad de que sus brazos eran y son
articulados, impartía e imparte la bendición a su pueblo cada noche del
día 14 de septiembre de cada año (Fiesta de la Exaltación de la Santa
Cruz) en el centro del Paseo de Jesús. Era llevaba la imagen en procesión
matinal a la iglesia parroquial donde le era ofrecida una solemne fiesta y
sermón. Antiguamente, al iniciar la banda municipal los primeros compases
de las Marcha Real, los hermanos, familiares y amigos que, durante el año,
habían tenido desavenencias, se unían en un apretado abrazo de perdón
mútuo, pues sus conciencias cristianas no les permitían recibir la
bendición del Nazareno en pecado, aunque pasada la bendición, volvieran a
disgustarse otra vez algunos de ellos.
Al
terminar la bendición, se quemaban castillos de fuegos de artificio y,
finalizada la quema, iniciaba aquella masa humana su anual desfile por la
puerta del Ayuntamiento, en demanda de que la primera autoridad autorizara
las capeas de toros que anualmente se celebraban en la segunda
quincena de septiembre, organizadas por la propia Hermandad de Ntro. Padre
Jesús Nazareno.
Los agricultores, por su parte, llevaban también a San Isidro en
romería en el mes de mayo, una vez que ya se ha celebrado la de la
Patrona. En la actualidad, los agricultores sacan al santo en procesión por
las calles del pueblo.
Los pastores, antaño, también veneraban el 8 de septiembre a la Virgen de la Guía, a la que tenían como protectora, y cuya fiesta era costeada con los corderos que entregaba cada propietario de un
rebaño.
El día de la Candelaria se celebraba la fiesta religiosa que conmemoraba la purificación de María en el templo de Jerusalén siguiendo los dictados de la Ley de Moisés, y que tenía su réplica profana en lo que se conocía como la Virgen de la Bellota, llamada así por la costumbre que tenían los mozos durante todo ese día de masticar bellotas para una vez trituradas y hechas una bola
arrojárselas a las mozas que pasaban.
Grande fue
la devoción popular que profesaron y profesan los porcunenses al Señor San
Marcos (25 de abril). En las vísperas de su festividad grupos de
muchachos recorrían las calles pidiendo enseres viejos para los chiscos,
que todas las barriadas celebraban en su honor.
Eran los "chiscos de
San Marcos", luminarias que aún se prenden con objetos inservibles en la
víspera del día del santo. Y en la mañana del 25 de abril se
organizaba, en la Parroquia, la comitiva de clero, autoridades, cofrades y
devotos, que bajaban hasta la ermita entonando las Letanías Mayores.
Llegados a la iglesia se celebraban solemne función religiosa, finalizando
con la bendición de los campos, que, con el santo, se impartía desde la
crz situada frente a la iglesia. Hoy ha cambiado un poco el festejo de
este día, pasando a la tarde-noche, con procesión del santo por el pueblo,
misa en la parroquia y, de vuelta a la ermita, fuegos artificiales y verbena
popular.
Del mismo modo que en el amanecer de día de San Pedro, el 29 de junio, antaño se corría el llamado
"toro del aguardiente", denominado así por ser ésta la bebida que se ingería por todos mientras los mozos tiraban de la maroma que sujetaba y controlaba las embestidas de la res. Otro toro, pero modelado con masa y azúcar y cocido en el
horno, era tradicional que se le entregara a los niños en día de la
Epifanía, 6 de enero, de ahí que se le conociera como el "torico de
Reyes" o "torico de azúcar".
Por San Blas, santo de quien se conservaba una reliquia en el convento de Santo Domingo de esta villa, aún se siguen
haciendo unas rosquillas que servirán durante todo el año para protegerse y curar las afecciones de la garganta.
Muchas tradiciones se han perdido en el entorno de la Semana Santa, tales como la costumbre de los llamados
"tiros del día del Señor", disparos al aire que se hacían por todos los que tuvieran un arma de fuego con la que conmemorar la Resurrección de Cristo.
Bibliografía utilizada:
-
Coleccionable "Jaén: Pueblos y Ciudades". Fascículo Nº 106
"Porcuna". Editado por el Diario Jaén, S.A.
-
Diario Jaén, nº 20654 año LX, del
08/09/2001, artículos de Ignacio Frías Abarca.
-
"HISTORIA DE PORCUNA" de Manuel Heredia Espinosa, editado por el Ilustre Ayuntamiento de
Porcuna (Casa Municipal de Cultura), en Porcuna 1994. Colección Obulco nº
3.
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