Ntra. Sra. la Virgen de Alharilla
PATRONA DE PORCUNA
Esbozo para la historia
por Antonio Recuerda Burgos (Cronista oficial de la ciudad)

Capítulo V: Siglo XVII

La historia de la cofradía durante el siglo XVII está toda por hacer, es necesario consultar los legajos que contienen las visitas realizadas durante este siglo que están en el Archivo Histórico Nacional. Existen también el Archivo de la Catedral de Jaén varios legajos y cuadernillos de cuentas de 1607 y 1628, algunos de ellos los hemos visto personalmente y otros los conocemos a través de un artículo publicado en el programa de 1986 por Mª Dolores Sánchez Cobos, se trata de un pleito de 1601 entre la cofradía y usuarios de la dehesa de Alharilla, que hacían mal uso de las instalaciones del santuario encerrando ganado en ellas, con lo que habían causado cierta ruina, encendiendo fuego junto a las paredes y puerta de la ermita, por lo que se les obliga a reparar los daños causados, blanqueando con yeso lo ahumado y volviendo a su estado primitivo la puerta de la ermita y su escalera.

En los primeros años del siglo se debió dorar nuevamente la imagen y se le hizo un resplandor de madera, ya que en las cuentas de 1607 se recoge una partida de 168 maravedíes "a Manuel de Molina, carpintero, vecino de esta villa, por veinte y dos rayos que hizo cuando se doró la imagen de Nuestra Señora".

Iniciado el siglo los vecinos de Porcuna desearon tener para su dirección espiritual la presencia de religiosos de la orden de San Francisco y el cabildo con sus alcaldes, justicias y regidores solicitó del rey, como administrador perpetuo de la Orden de Calatrava, la oportuna provisión para el establecimiento de un convento franciscano en la localidad. Cumplidos los trámites entraron los franciscanos en el término de Porcuna el 11 de julio de 1612 a fundar el convento en la ermita de Alharilla, a su frente venía el padre fray Cristóbal de Benzalá, guardián de San Francisco del Monte, asistiéndole fray Manuel Notario. El día 2 de agosto llegó el que iba a ser el primer rector del convento fray Bartolomé Núñez, que había sido el fundador del convento de San Antonio de Úbeda, el cual con la autoridad recibida del padre provincial de la Orden tomó las llaves y se entregó en todo. Una vez establecidos en las dependencias de la ermita trataron de acomodarla al fin propuesto; pero bien por la lejanía del pueblo o por lo que se indica en las crónicas "padecieron grandes incomodidades, causadas por lo destemplado del sitio", (lo cual nos extraña siendo verano pues todos sabemos la fresco y apacible de sus noches en esta época del año), al mes decidieron entrar en la villa y acomodarse en la ermita de Santiago, que hasta su demolición hemos conocido como San Francisco, donde continuó la fundación, abandonando definitivamente Alharilla.

La devoción a la Virgen de Alharilla no era exclusiva del pueblo de Porcuna, un anónimo porcunés en un manuscrito existente en la Biblioteca Nacional de Madrid nos informa que su imagen es antiquísima y se tiene por tradición fue hallada en aquel sitio y "Es de singular devoción no sólo para la dicha villa sino para todos los lugares de la comarca por los insignes milagros". En él nos relata un suceso ocurrido el 22 de abril del año 1623 que él presenció y califica de extraordinario, es la primera rogativa que conocemos hecha a la Virgen de Alharilla con motivo de una pertinaz sequía, que milagrosamente acabó nada más sacada la imagen en procesión. Por el interés del relato lo transcribimos en su totalidad:

" Tiene una iglesia a media legua de la villa que llaman Nuestra Señora de Alharilla, cuya imagen es antiquísima y se tiene por tradición fue hallada en aquel sitio. Es de singular devoción no sólo para la dicha villa sino para todos los lugares de la comarca por los insignes milagros y en especial el que vimos el año de 1.623 cuando no habiendo llovido en todo el año, con lo cual los sembrados estaban ya casi secos y agostados, la gente sin esperanzas de frutos de la tierra, habiéndose hecho muchas rogativas sin conseguir el fin que se deseaba, acordó el pueblo traer esta santa imagen a la iglesia parroquial para hacerle algunas fiestas y rogativas y poniéndolo en efecto a veinte y dos de Abril, estando el tiempo claro y sereno, que ardía el sol como por Julio, luego que llegaron a poner esta santa imagen en sus andas se apareció una nube muy pequeña semejante a la de Elías siendo la una del día, y así como salió fuera de la iglesia en procesión la nube hizo la salve con un trueno y se comenzó a dilatar por su esfera y a llover de tal manera que fue prodigio y asombro para los que lo vieron, pues no se podía salir por el camino, donde se veían a un tiempo correr arroyos de agua y sangre la una derramada del cielo, y la otra de gran número de personas, que se iban azotando llenos de consuelo y alegría, en fin no hay que decir más, de que con aquel socorro que Dios envió por intercesión de su Madre Santísima resucitaron los campos, sazonaron sus frutos, y dieron a tiempo con tanta abundancia que hubo muy lucida cosecha".

El pueblo de Porcuna siempre ha acudido, en sus alegrías y necesidades, a la Virgen de Alharilla, lástima que la falta de los libros de actas de la cofradía y de plenos del cabildo no nos permita conocer en cuantas ocasiones se solicitó su intercesión. Los más ancianos aún recuerdan la última procesión de rogativa, celebrada pocos años antes de la Guerra Civil y por la que podemos conocer como se desarrollaban. La imagen de nuestro patrón San Benito acudía a la Cruz Blanca para recibir a la Virgen de Alharilla y una vez juntos se dirigían a la ermita de San Sebastián para recoger a Nuestro Padre Jesús, aunque las rogativas se realizaban por diversos motivos, destacando principalmente las celebradas en casos de sequía, guerra o peste, a nosotros han llegado solamente las canciones con que se imploraba en los casos de sequía y que aunque son muy conocidas las reflejamos a continuación.

De finales de siglo años 1697 a 1700 disponemos del resumen de cuentas realizado por los visitadores en el año de 1719, por ellos conocemos que los mayordomos fueron: 1697 a 1698 Pedro Mellado, 1698 a 1699 Juan de Zarza Blanca y 1699 a 1700 Juan Bellido Morente, este año los ingresos fueron 22.291 maravedíes y el gasto de 12.028 maravedíes con lo quedó un saldo a favor de la cofradía de 10.263 maravedíes.

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