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HISTORIA
Edad Media
Durante la
dominación árabe es el Walí de Córdoba quien
ejerce su mandato por delegación de los califas cordobeses
siendo los conquistadores de la ciudad a principios del siglo
VIII los moros bereberes mandados por Mugueith-el-Rumi (Romano).
Por derivación del nombre de Obulco, los árabes la llamaron
Hisn Bulkuna (recinto amurallado),constituyendo una de las
capitales de distrito (Iqlim) perteneciendo en unos períodos a
la Cora (provincia) de Córdoba y en otros a la de Jaén.
Corriendo el año 744, Abul-Katar en la división que hiciera
de Al-Andalus, entregó a Bulkuna a los de la tribu Kinseirna. En
dos ocasiones posteriores prestaron servicios valiosos las
fuerzas del castillo moro de Porcuna al califa Ad-Derramax III en
su lucha abierta contra el rebelde Alcaide de Alhama. La primera
cuando dicho caudillo tomó la ciudad de Jaén, la segunda en una
nueva intentona para volverla a conquistar, siendo en esta ocasión
cogido prisionero y decapitado en el año 913.
Al desintegrarse el poder almohade con las lucha por la
hegemonía de Muhammad Ibn Alhamar de Arjona e Ibn Hud de Córdoba
y el traslado de la capitalidad del señor de Arjona a Granada
dejaron indefensa la ciudad que pronto, en 1240 ó 1241, sería
conquistada por los cristianos (quizás ganada a los musulmanes probablemente
gracias a un pacto de sumisión o pleitesía), pasando a denominarse Porcuna. Fernando III la cedió a la Orden de Calatrava como baluarte defensivo del
territorio cristiano.
La
Orden de Calatrava.- Es notoria la relación que existe entre la
Reconquista y la creación de las Órdenes Militares. La ayuda que prestaron
a los reyes cristianos fue doble, proporcionándoles efectivos a sus tropas
en las campañas contra los musulmanes y guardando la frontera con el fin de
obtener una seguridad para las posiciones cristianas más avanzadas que
posibilitara la repoblación de los territorios conquistados, impidiendo
cualquier reacción islámica que hiciera retroceder la frontera hacia el
norte.Su aportación al proceso de reconquista sería recompensado por los
reyes a quienes auxiliaron por privilegios, exenciones, derechos y, sobre
todo, donaciones de tierras con las que formarán extensos señoríos.
La Orden
de Calatrava constituyó la vanguardia de las tropas cristianas antes,
durante y después de las campañas de Fernando III en Andalucía. En recompensa
a su actuación en las mismas recibirá pueblos y tierras situados
en las zonas más comprometidas y próximas al enemigo. Así, el 8 de
diciembre del año 1228 Fernando III otorgó a la Orden la fortaleza de
Martos con todos sus términos, encomendándole su defensa. En el mismo
documento se hacía beneficiaria a la dicha Orden de las villas de Porcuna y
Víboras, con sus términos, y de veinte yugadas de heredad en Arjona, más
la quinta parte de las rentas de esta villa. Todo ello cuando se
conquistasen estas tres localidades y como pago a los servicios que la Orden
le había prestado a él y a su abuelo Alfonso VIII.
Una
vez ganada a los musulmanes, la Orden de Calatrava pudo hacer efectiva la
donación de la villa con todos sus términos, pertenencias y derechos.
A partir de este momento, la Orden enseñoreará la población por medio de
la encomienda de Porcuna, constituyéndose así en un nuevo enclave
del señorío territorial que la Orden obtuvo en el suroeste del Reino de
Jaén. En un principio hubo una disputa con otras villas realengas motivadas por
una inicial indeterminación de sus términos. Por lo que el rey, Alfonso X,
tuvo que intervenir y, en el año1254, quitó a la Orden de Calatrava la
villa de Porcuna, donde estaba localizada la encomienda de este nombre para
cederla como aldea al concejo de Jaén, dando como compensación a los
calatravos la villa de Cabra. No se sabe con certeza esta permuta
(atendiendo quizás a razones de estrategia defensiva), pero en
cualquier caso, Porcuna pasó a ser villa realenga hasta que volvió de
nuevo a la Orden en una fecha que no se ha podido aún determinar, pero en
cualquier caso anterior al año 1402. Desde entonces, y hasta el siglo XIX,
Porcuna será villa calatrava.
Los caballeros calatravos la convirtieron en el centro de
una de sus encomiendas, creando en su término un conjunto de instituciones que
la convirtieron en una de las villas más importantes de su señorío, éstas
fueron: los prioratos de San Benito y de Santa María de la Coronada, la
Encomienda de la Torre del Cañaveral, la alcaidía del castillo, que funcionaba
como una encomienda y la contaduría de la Mesa Maestral del partido de
Andalucía.
Los calatravos
dotaron a la ciudad de fuertes defensas, que reforzaron las
que ya existían. Aunque en la actualidad quedan pocos elementos de las mismas,
el levantamiento del recorrido de sus murallas realizado en los años cincuenta
por don Modesto Ruiz de Quero permite conocer cómo era el recinto amurallado.
Englobaba aproximadamente el área delimitada por las calles Niño Jesús, plaza
de Andalucía, Carrera de Jesús, calle Sardinas, Calle Gallos y calle la Palma.
Se trata de un recinto dotado de torres relativamente pequeñas y macizas, de
las que aún pueden advertirse algunas entre los tejados. Posiblemente en época
cristiana se construyó un alcázar en la parte más elevada de este recinto,
con una gran torre del homenaje de planta ochavada en uno de los ángulos de la
antigua muralla. A ese alcázar se accedía por una puerta situada entre dos
grandes torres. Tanto el interior de las murallas como el antiguo alcázar
están hoy ocupados por manzanas de casas.
Con la Reconquista el castillo fue reconstruido y en uno de sus vértices se
levantó la Torre Nueva entre los años de 1411 y 1435, con una altura de 28
metros y dos plantas con cámaras de bóveda gótica y artísticos ventanales.
Es también conocida como Torreón de Boabdil, ya que en él estuvo preso el
último rey de Granada (tras su derrota en Lucena y confiado a la custodia del
alcaide Martín de Alarcón). En la actualidad en el Torreón se encuentra
instalado el Museo Arqueológico Municipal de Obulco.
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